juanitorisuelorente -

miércoles, 8 de febrero de 2012

SUPONGO


Supongo que estar atado a una situación constante aunque variable deja poco margen de maniobra, que no ir muy lejos permite conocer el entorno con dotes de ciego, o de afortunado.
Supongo que mucha fe pondrá lo novedoso en alentar la vida pero la monotonía es un monstruo traga voluntades que acaba por quedarse solo haciendo puntualmente y sin piedad lo que bien sabe hacer.
Supongo que la rutina trae acomodo –esa felicidad con la que sueñan los pobres de espíritu-. Días y días iguales en los que sólo se logra envejecer. Cumplir y cumplir años soñando modos de haber sido. Pobres.

Supongo que también están los pobres que lo sufren así un tiempo.

Que hay muchas razones por las que una persona se ata a sí misma con los filamentos que cuelgan de sus raíces –la vida sólo ata con cuerda de mago- y una de ella bien puede ser el sentimiento que surge por tener sangre en las venas, el amor o el agradecimiento que ofrece –qué menos- su ayuda para evitar el sufrimiento final más atroz de un ser humano: la soledad incomprensible.
Supongo que no aceptan frenar su vida así, de ese modo tan innecesario, quienes están a tope acelerando. Y ni siquiera conduciéndola a un ritmo normal, o incluso lento. Es más fácil detenerse un instante, mirar, sentir pena por todo, por todos, y seguir a lo suyo.

Vivir sin vivir un tiempo cuesta, y no sólo lo supongo.

4 comentarios:

  1. Parece que hubiéramos tenido un cruce de ideas en este espacio infinito...tu hablas de dejadez, de rutinas, de no querer cambiar..yo escribo de miedos, de no querer salvarse de esa inmovilidad que te deja a un lado del camino..de querer con desgana y de dormirse sin sueños....todo por miedo a cambiar o arriesgarse...
    Supongo que ambos pensamos igual...

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. Yo creo que existe en el ser humano una cualidad de la que carecen los animales: el amor.
    El animal actúa por instinto. En algunos casos, como el perro,se somaten al hombre por temor, y si se les trata bien muestran agradecimiento y fidelidad; pero mantiene fija su obsesión por vivir libres; por eso tira de la cadena cuando de les saca a la calle.
    El ser humano tiene la posibilidad de irse a donde le plazca;se le ofrecen oportunidades para cambair su vida y ser más feliz,pero el amor a su familia y la obediencia a sus principios y a su conciencia le empuja a permanecer junto a sus seres queridos, aun privándose de posibles mejoras en la calidad de sus vidas o el cumplimiento de sus sueños.
    Otro ejemplo:
    A veces, una persona anciana y discapacitada preferiría abandonar este mundo mejor que vivir postrada dependiendo de otros y sufriendo la enfermedad; pero sabe que en tiempos de necesidad su pensión ayuda a la familia y es esto, su amor por ellso, que la hace soportarlo todo.Es bonito y tierno, aunque triste, el tema que abordas, amigo Juan. Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Supones bien Juanito, hay quienes viven sumergidos en la soledad y el lamento, sin motivación alguna, tan solo viven porque si.

    Abrazos alados!

    ResponderEliminar