VEINTIOCHO ONCES
Once
es un número y una fecha.
Once flamante al que acogen pasados onces
de febrero en su sumar infinito.
Once
es un te quiero y no quiero.
Once infante que reina un día
a ser año
disfrazado de todos los once
sumados
como un veintiocho
milagro
que aún cree no ser demasiado.
Once
es un abrir y romper silencios.
Once como nueva luz
junto a veintisiete onces
que volverán a lucir en un soplo.
Imagino que hacéis 11 años juntos ¿o son 27?
ResponderEliminarLa verdad no lo tengo muy claro, de todas formas todos tenemos algunas fechas que siempre marcarán nuestras vidas.
Un abrazo Juan.
Veintiocho de casados + diez de novios. Una vida. Y parece ayer.
ResponderEliminarUn abrazo Elena
felicidades por esos veintiocho onces, que en el poema quedan precioso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Felicidades, el tiempo pasa tan rapido!!
ResponderEliminarEs hermoso estar juntos despues de tantos años!!
Un abrazo Juan para ti y señora
¡Felicidades, amigos! El tiempo vuela,mejor disfrutarlo lo mejor que se pueda. Abrazos para ti y tu Señora.
ResponderEliminarGracias Isabel. Hasta ahora el poema es un reflejo de la vida real. Y lo mejor es que hacemos lo de siempre para que siga siendo así.
ResponderEliminarUn abrazo
Marian, el tiempo no se mide cuando no importa. Son veintiocho como si fuesen quince o cincuenta.
ResponderEliminarEn este aspecto la vida me tiene.
Un abrazo de los dos para ti
Gracias Juan. Tú también sabes de esto. El tiempo vuela, pero no para nosotros ya que nos tienen bien atados, y con gusto -hablo por mí-
ResponderEliminarUn abrazo mutuo pata ti y Carmen
Feliz aniversario, Juanito!!!
ResponderEliminar¡Qué linda pareja hacen juntos!
Me emociona cuando dices "parece como si fuera ayer", pues el amor debe ser el mismo y hasta más fuerte, aunque pasen los años.
Abrazos alados y que pases mañana un lindo de San Valentín.
¡ Muchas felicidades, amigos !.Conforta ver hoy en día, en que los compromisos se los lleva el viento cual hojas livianas, cómo aún quedan - quedamos - parejas que seguimos descubriendo en el devenir diario, en la bendita rutina compartida, en los buenos y malos momentos sobretodo,pruebas palpables de un amor renovado cada amanecer.
ResponderEliminarUn abrazo de Paco y Mayte, que van camino de soplar el número 37.
Gracias Diana. Cuando da la sensación de que el tiempo pasa deprisa debe ser porque la convivencia no se enfrenta al tiempo sino que le sigue la corriente, no aburre.
ResponderEliminarUn abrazo
PD.- San Valentín nunca ha sido un día especial para nosotros. Quizá porque celebramos el aniversario tres días antes.
Hoy los compromisos se diluyen como azucarillos en el café. Será que los jóvenes tienen por norma no aguantar ni un mal gesto, o que para ellos el verdadero amor solo anida del cuello para abajo o, y creo lo más importante, que al casarse las fiestas, los botellones, o sea la juerga, se acaba. O yo qué sé. Sí sé que el amor de verdad no cansa, ni aburre, y puede durar. Sólo necesita que sea de verdad.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco, Mayte