TIERNO PAJARILLO
Ha ido el niño a ver morir a los pájaros...
Arde despacio su amargura
y un pantalón con el bolsillo roto.
La tarde se derrama...
Apenas queda sonando su grito,
y ese silencio que rondará sus silencios
de por vida.
Luego quizá consuele
que la culpa luzca un justo cadáver,
que cientos, miles, de manos amigas
sean sus alas, refugio
donde abatir sus miedos.
Pero habrá caídas, debacles...
visitas periódicas
al cementerio de los pájaros vivos.
Preciosa imagean, muy profundas y bellas tus letras amigo Juan, sin olvidarme de la magnífica foto de la iglesia.
ResponderEliminarHermoso tu poema.
Un BRAZO.
Ambar
Cuantos mueren en vida cuando les cortan las alas, la libertad es el más preciado tesoro.
ResponderEliminarAbrazos alados, Juanito.
Impactantes y crípticos versos. "Al cementerio de los pájaros vivos" Tal vez el "cementerio" de quienes viven sin vivir, de los cientos de almas que viven muriendo...?
ResponderEliminarHoy me quedo con la imagen de ese cementerio de los pájaros vivos. Preciosa de verdad.
ResponderEliminarUn abrazo Juan.
Muy bella la foto de portada, Juan- El poemna es profundo y criptico como acostumbras.La frase final del poema es genial.Un abrazo
ResponderEliminarAmigo Juan qué bonito cuadro has pintado con tus palabras bien podría ser parte del impresionismo francés.Es un placer leerte.Un abrazo
ResponderEliminarPobre niño que disgusto se ha llevado, porque elpoeta ha querido llevarlo a ver los pajaritos.mmm
ResponderEliminarBesos Juan
La iglesia La Encarnación es el único monumento antiguo que tenemos en Bailén y merece ser visitado. Suerte que no le ha dado a algún promotor por echarle el ojo al terreno - como a otros monumentos- para hacer una escuela o un bloque de viviendas.
ResponderEliminarGracias Avelina por tus palabras.
Un abrazo
Tú de alas estás puesta. Diana. Imagino que las tendrás entre algodones. Libertad -también- divino tesoro.
ResponderEliminarUn abrazo
Ya sé que hay que hilar muy fino para entender éste poema, quizá ingrediente para la salsa de Poirot, S. Holmes, o nuestra Laura. Ha sido premeditado ya que el tema es muy, muy serio y lo he intentado hacer con sumo tacto y respeto.
ResponderEliminarUn abrazo Mª José
Los traumas -un abuso, por ejemplo- en la más tierna infancia dejan secuelas de por vida.
ResponderEliminarUn abrazo Elena
Hola Juan. La iglesia por dentro es preciosa. Ya le echaré alguna foto al interior y os la mostraré.
ResponderEliminarEn cuanto al poema el tema es críptico y no podía ser menos. Ya sabes que me gusta daros la lata en ese sentido.
Un abrazo, amigo
Las tuyas no son menos bonitas para mí, Pepi. Un poema bien puede ser un dibujo mental. Y dice mucho de un poema el que cada uno haga de él su propio dibujo.
ResponderEliminarGracias amiga. Un abrazo
Marian, éste aprendiz de poeta es el primer disgustado por haber escrito este poema. Hubiera preferido que una triste situación no le hubiese inspirado.
ResponderEliminarMira, con mi amigo Anbairo, vía e-mail, hemos tenido algunos encuentros dialécticos referentes a que no veía en mis poemas arbolitos, pajaritos -no de estos- la luna, el sol, y esas cosas, como en muchos de los suyos, él, claro, lo tiene fácil ya que pasa todos los fines de semana y festivos en su casita de campo y escribe de lo que vive, y yo le digo lo mismo.
A mí me inspira lo que vivo -en piel propia o ajena- por suerte o desgracia, en este caso.
Un abrazo Marian