juanitorisuelorente -

miércoles, 22 de febrero de 2012

CAMINANTE




















Sin orientarte caminas y llegas
a  cualquier sitio. Oyes la campana
de una iglesia, ves niños jugar, viejos sentados
en una plaza,  personas con prisa y sentido.
Alguien te mira extrañado porque nada sabe
de ti y le mueve la curiosidad, otros ni siquiera
se girarán a mirarte.
A ti tampoco te importa nadie,
tampoco la tierra porque no es la tuya,
porque la tuya está lejos,
porque nada te ata a ninguna parte.

(2004)

3 comentarios:

  1. ¡Cuántas veces he sentido esas sensaciones que tan bien describes en tu poema!
    he pasado mi vida laboral trabajando en diferentes pueblos y ciudades y en todas ellas notaba la mirada curiosa de viejos y mujeres curiosos que se preguntaban quién era yo, pero que no moverían un dedo por ayudarme. Ni yo a ellos; cada uno a su marcha, cada mochuelo a su olivo. Un abrazo, Juan.Qué lujo tener casita con chimenea.

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  2. Es difícil,cada vez lo es más,sentirse ligado a algo terrenal.
    Sólo el círculo privado de uno mismo se hace tangible y cierto.
    Besos.

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  3. Lo material flota a nuestro alrededor, y lo humano con demasiada frecuencia lo acompaña. Buena parte de uno mismo, y de la familia, como dices, nos permite abrazar a lo cierto. Estamos más que nunca descolocados.

    Un abrazo Marinel

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