juanitorisuelorente -

sábado, 13 de abril de 2019

LA INTIMIDAD DE LA OBRA (45)


























De chimeneas
arde el hombre
a ser llama, brasa, ceniza,
en todas sus incineraciones.

Fuentes
de luz incompleta
acunan al árbol
que desmochan para la hora tranquila,
la tertulia o el abrazo de vino.
Corazones
de grito ahogado,
que viven para morir despacio
a la sombra de todo el humo del mundo.

Su belleza no es la certeza,
sin embargo,
provocan, en los arrabales del murmullo,
el avivar el arqueo de gestos
en todas las comparaciones.

jueves, 11 de abril de 2019

LA INTIMIDAD DE LA OBRA (43)


























Para entender de una obra
más que su propia oscuridad 
hay que retroceder hasta la herrumbre 
para avanzar
por la veta de la argamasa
y todas sus claudicaciones,

atravesando a solas
los ríos que se desbordan,
hasta que despuntan las huellas de los pasos 
en los muros en flor, 

lentamente...

Hasta perder de vista
a las sombras del aire,
al andamio del pensamiento, 
a todo el sinsentido de la luz, 
va extinguiendo distancia 
la certeza, 
van latiendo hacia el norte 
las repeticiones, 
va confiando el murmullo
en el silencio,
para ser invisible en todos los idiomas 
que sepan dejar cielos a oscuras, 
de sueño,
o sea,
reafirmando olvidos para la historia.