juanitorisuelorente -

viernes, 25 de noviembre de 2016

A SOLAS

(Imagen de la red)
















Vamos un día al mar
y, dentro del agua,
los ojos se apoderan del mundo.

Brillamos cielo adentro,
y el verde latido
nos llena de peces.

Regresan otra vez
las manos, lentas,
a recorrer a solas
sus líneas fugaces.

Arrecia la transparencia.

Se abraza más fuerte
el sentirse lejos. Los labios
se adentran en un temblor enmudecido,
y apagan la luz. El aliento, a solas,
se desborda.

El amor sigue su curso.


miércoles, 23 de noviembre de 2016

DETALLES

(Imagen de la red)
















No tenían infancia
ni sol bajo el brazo,
dejaban soplar
sin abrir la boca.
En su origen el mismo poema,
la misma falta de nacer,
el mismo sentir de humo
y pedacitos de mover piedras.
No había sangre en su beso
cálido, ni una palabra rara
que dejar escrita. Se daban
a ciegas, tras el efímero florecer
del deber cumplido, amor
a primera vista por la celeridad
del despistado, y con la precisa
tendencia, descalzando, apenas,
la intimidad, sin colores
ni desvelo. Tal vez
por la arena, la fuente sombría,
el silencio del agua, tal vez
fruto de la evidencia, la que
desentraña la distancia,
la lluvia de tenerse por costumbre,
tal vez por la carne rota, porque
nunca llegó a hondo escalofrío,
ni a cómplice de ser el mar.
Y expira, y en el instante azul
que nace luna, que viste
de estrellas la pared blanca,
cuando ahonda sin edad
en las fechas de otro nombre,
y de las raíces intactas brotan
instantes en flor, el placer profundo

de hacer suya la mejor de las cosas.

martes, 22 de noviembre de 2016

VEREDAS

(Imagen de la red)

















Tengo por la remota sangre
rendida la plenitud
si no la habita nadie.
Me sobran ojos por el desuso
y todo lo verde
que cierra sus ventanas.
Bajo los pies anda mi nube,
y en camino me encuentro
del que, impasible, se conforma
con ser lo preciso de un hombre distante

y que no se dice la verdad.

lunes, 21 de noviembre de 2016

ECOS DE LA LLUVIA

(Imagen de la red)



















Bajo el techo de tu pelo,
bajo hilitos de esperanza,
la sangre y la lluvia
al filo de la luz
por los sueños que vendrán.
Hayan un cristal
los dardos de cada lágrima,
la que pierde el corazón
y toda la sed del mundo.
Silban sus voces en la calle,
y adentro el poema
bebe todo el mar, mudo.


domingo, 20 de noviembre de 2016

VIVIR

(Imagen de la red)



















Vivir es un engaño
muy lento, humano
cuando ya no queda espacio
para el hambre
de ser solo corazón. Vivir
solo existe tras la muerte
del abrigo cotidiano,
cuando huye la razón de ser
y se desciende a la ignorancia,
a los suburbios de la ternura.
Vivir se asoma a nacer,
de ahí su brevedad, solo infancia
y senectud como luz de su sombra,
con la mirada más sencilla
y la desnudez de la nada

más compartida e imprescindible.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

SE ACABÓ EL CUENTO (Un cuento)

(Imagen de la red)



















- ¿Y como dices que te llamas?
- Blancanieves


Aprieto la memoria, pero sin ninguna necesidad.


- ¿La del cuento?
- Sí


Claro, ya decía yo que me sonaba esta chica, pero yo es que de cuentos no estoy demasiado puesto, y menos de estos con finales supuestos, y tanto azúcar.


- ¿Y como tú por aquí?
- He oído que buscas personajes para tu nuevo relato, y nada, a probar suerte


La miro. Detenidamente. Rebosa color, nada es natural y sin embargo emociona. Sus ojos acarician. De la pulcritud de sus trazos y su colorido extremo me embelesa por un instante su alma. Pero reacciono.

- Mi relato es erótico, sobre una infidelidad, no creo que encaje en él una princesita como tú, ja ja
- ¿Y por qué no? - me afrenta con cierto arrebato – soy tan mujer como cualquiera de esas...esas...

Me pongo serio. Mi intención no es herirla.

- Mira, Blanca...nieves, es que tú solo podrías hacer de Blancanieves...
- ¿Pero por qué? - insiste hinchando los morritos
- ¡Tía, tú tienes tu cuento, tu madrastra, tus enanitos, tu príncipe azul...¿se puede aspirar a una historia mejor, a un final más feliz?
- Venga, Juan, no me jodas, que eso es para niños

Me hace reír. Ella también, pero con aire de picarona. Empieza entonces a contonearse, con una sensualidad exquisita. Y me obliga a morderme el labio. Observo como un pasmarote como se quita lentamente la diadema, se suelta su hermoso pelo negro, con qué facilidad cae al suelo su vestido de gasa, como me muestra sin pudor alguno la ropa interior, con impresiones zafias de Iron Maiden, ACDC, y Nirvana.

- A ver Juanito, ¿así te parezco bien para ese papelito, o me quito lo que queda?

lunes, 14 de noviembre de 2016

EL BESO ETERNO (Relato)

(Imagen de la red)























Había sido una noche mágica.
Nunca creyó que un sueño de sus dieciocho podría hacerse en lo eterno realidad. Margarita siempre estuvo ante sus ojos. Jugó con ella de pequeña. Vio crecer su cuerpo, su pecho, sus piernas de alambre cada vez más vigorosas, la besaba siempre en las mejillas, como amigos, a centímetros de sus labios, pero se alejó de su vida, cambió de ciudad y jamás volvió a verla, aunque siguió presente hasta en sus sueños más ancianos.
Y esta noche se levantó como tantas noches, paseaba saludando a los de siempre: Tomás, Felipe, su tía María, a un niño recién llegado, saludos tibios sin nada ya que contarse, ni con el niño al que no le salía la voz.
Y la vio sentada en el mármol. Siempre fue muy callada, necesitando un rato de impás para lanzarse a hablar ya imparable, como una cotorra, de todo y atropellado, si un hilo fijo, pero encantadora, con una voz dulce que invitaba a soñar.
Y no había cambiado.
Lucía veinticuatro, calcula. Él se había decantado por sus cincuenta, la mejor etapa de su vida, donde curiosamente tuvo más futuro que pasado. Ella hermosa a reventar, con el canalillo siempre a la vista y la falda al filo de sus bragas. Sentada en el frío mármol era toda desnudez, toda ojos y amargura.
Le reconoció al instante y se fundieron en el aire de un abrazo.
Se sentó con ella y le miraba sin decir una palabra, pero con la sonrisa de aquella chiquilla que era toda oídos y espera. Él le habló por sus avatares de media vida hasta que ella estalló:
  • ¡Ay, Juanito, que ni aquí me dejas
    Y siguió, siguió hablando hasta regalarle toda una noche de inagotable luz, un inicio de eterna esperanza. No se había casado, estaba sola y quiso volver para descansar en su tierra. Y aquí estaba él, olvidando sus lazos, para calmar su soledad.
Ella le dio las gracias cuando el sol ya apuntaba su primer destello, y le pidió que la besara, como siempre lo hacían, pero esta vez buscó sus labios. No se resistió, y él se meció en ellos hasta que ella calló hacia atrás con un sensual hasta mañana.
Se quedó un rato anclado a la idiotez, repasando imagenes de la adolescencia, hasta aquel día aciago en que la perdió de vista. Y vagó ebrio de su voz, sumergido en sus labios. Y vagó, vagó, voló, ondeó por el aire sin adonde, hasta abrazarse al tronco de un olivo. Entonces reaccionó. El sol estaba ya alto, y el trasiego ronroneaba por todas partes. Nunca había ido tan lejos. Intentó situarse, el cementerio estaba al otro lado de la ciudad, esperaría a que cayera la noche para ir a buscar entre un mar de nombres donde estaba su tumba.



CRUZ

(Imagen de la red)
















En la luz que cae al suelo
echa raíces el olvido,
y todo lo que hunde
tiene ojos de piedra,
de sangre que no pueda pensar.
Se diluye la ausencia,
si estar solo no tiene rostro
y a la infancia la sustituye

estar muerto a la vez.

LA NOCHE INCOMPLETA

(Imagen de la red)
















Un mar blanco suspendido
con una lámpara,
y en la sima,
confundido entre sábanas
de un universo invertido,
unos ojos abiertos penetrándolo,
buceando en el cemento
y el tejado, horadándolo
hasta salir al aire que respiras
para poder desplegar mis alas
y volar hasta tu rostro vencido

por las cuatro de la madrugada.

domingo, 13 de noviembre de 2016

SED DE ARENA

(Imagen de la red)















Roto, deshecho, derramado...
como agua hacia una orilla...

apenas gota en tanto mar...

y tú tan lejos,


sin una isla.

sábado, 12 de noviembre de 2016

TODO, Y NADA

(Imagen de la red)

















Tienen los días más grandes
el hedor de la sombra,
su rincón de veneno.
Se agria la palabra que tiene
el fantasma antiguo
y enfría lo mejor del mar,
la pasión de ser.
Días excelsos que pronto
en una esquina mendigan
cielos de un instante,
en los que, como siempre,
todo es un gran cristal,
y la nada
tiene una piedra en la mano.



lunes, 7 de noviembre de 2016

SUCEDE

(Imagen de la red)














Nos sucede escribiéndote. Ser
a solas, que tú lo sepas.

Sucede que es nuestro lo adivinado,
donde podemos sentir la realidad que nos arde.

Porque sucede nos llenan sus versos apretados,
el sabio entender que nos inunda.

No nos sucede ordenado, pero
nos construye compartido.

Suceder sucede porque reconozco amarte
en otro poema
que no puedo dejar de leerte.

sábado, 5 de noviembre de 2016

VERANOINVIERNO (Romance)


(Imágenes de la red)















Todo año pasa por cuatro
pero aquí son otros López,
no vivimos medias tintas,
si pasamos de sudores
a quedarnos medio helados
siempre el clima bien a tope.
No hay opción para el chaleco,
la rebeca y el escote,
aquí estar medio desnudo,
o el frío nos escayole,
bien con embozo esquimal
o el vestir como leones.
Tierra de cuarenta grados.
de julio con otro nombre,
es el mes de la batalla,
de playa o salir de noche,
de manga corta en noviembre
y del abrigo de golpe.
Tierra de ver en el cambio
contraste de emperifolle,
los que siguen de tarzanes
o abrigando hasta el cogote,
del valiente o del que tiembla
cuando escucha los tambores.
Aquí el tiempo sube el hacha
y sesga dos estaciones.








miércoles, 2 de noviembre de 2016

POEMAS DEL ALBA

(Imagen de la red)



















Como el naufrago desnuda
un lugar en el mundo, escribo
en tu pecho desierto
sobre la misma soledad
que nos ampara, sin futuro
y sin mirar atrás. Como
corazón encendido que apaga
el frío de los sueños rotos,
que llama a la calle
habitar entre tus piernas,
oler a mar, lenguaje de tus besos,
en un duelo para una vida,
a pesar de que escombre
olvidos y fracasos,
tenga piedras hasta lo más limpio
de la suerte. Y solos estamos juntos,
como algo parecido
a sentirnos lejos, caminando
a poemas del alba, tú y yo,
solos, si ando solo

sólo para estar contigo.