juanitorisuelorente -

jueves, 15 de marzo de 2018

MADURA PENITENCIA

(Imagen de la red)













No hay modo de volver a lo que fuimos

y hay rabia en las miradas al espejo,

pensando donde pudo hacerse viejo

el cuerpo que tan fuerte siempre vimos.



Apenas es vivir lo que pedimos,

sin un mal prematuro y su aparejo,

que ni nos haga mella su reflejo

a esta edad, aún tierna, que vivimos.



Cuando es joven el mundo de dolores,

nos hiere más la voz de su insistencia

si nos aprieta a un ritmo muy constante,



y en mucho hay que pagar por los errores,

mas no es justa su amarga penitencia

con tanta vida propia por delante.




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Ese dolor mezquino a ti se aferra

y deja un poso en mí de abatimiento,

pero a flote, contigo, está mi aliento

y mi apoyo total para la guerra.



No queda más amor sobre la tierra,

la fe desnuda pisa su cimiento,

galopa en corazones contra el viento

y nunca pensará: ¡qué vida perra!



Nos lleva hacia la luz batir las alas,


ese silencio azul que huele a luna

que, aunque haya un tiempo abrupto, muy 
                                                              lesivo,



y exija ascender cumbres sin escalas,

en tu alma guardo toda mi fortuna,

si solo junto a ti me siento vivo.



viernes, 9 de marzo de 2018

ALMAS AL AIRE (Soneto)

(Imagen de la red)


















Es de volver a verte otro camino,

un alambre invisible entre la gente,

donde respiro solo tu relente

y la luz que une así nuestro destino.



Es de mar un instante tan salino,

tan en cumbres y posos de la mente,

si es el ansia de estar tan evidente

como el temor a un vernos cristalino.



Es de otro cielo el beso de la calle,

pinta de azul el eco de una esquina,

y deja un para siempre asido al viento,



logrando que, en la sed, su voz estalle

y vuelva su niñez de gelatina

al último rincón del pensamiento.




jueves, 1 de marzo de 2018

ROMANCE A UN BESO

(Imagen de la red)















Un momento sosegado,

hoy, de un pájaro distante,

que se pierde en los recuerdos

de un futuro irrefrenable,

persevera en la mirada

con los te quieros al aire,

y la voz en las esquinas

con la pobreza en la sangre.

Primaveras en los labios

e inviernos de mala madre,

colores de un paraíso

que, frío, ya no es de nadie.

¿Se lo ha tragado la tierra?,

¿su origen ha sido en balde?

No fue el puente a los latidos

un paseo hacia la carne,

aunque muy loca la sed

bebiera ríos y mares,

sino hollar en su respuesta

para hacer un largo viaje,

más allá de las urgencias

tan inmensas del instante.

De sus huesos nació el tiempo,

supo de soles la tarde,

la tarde de madrugadas,

las horas que pudo darte.

Y sigue con su grandeza,

mas con la mar zozobrante,

si está el hechizo dormido

y el ánimo en el alambre,

no sabe un solo nosotros

a unos labios que se abracen.

El romance enciende un beso,

un beso que ya hay que darse.