juanitorisuelorente -

viernes, 21 de julio de 2017

AZUL (Completo, 25 poemas)

(Imagen de la red)
















(1)

Escucho el mar.


Su respiración es una grieta

por donde sangra la luna,



tal vez de ti.



(2)

Porque teje sentir

desde el mar de lo desierto

hila olas el azul

a kilómetros del viento,

y a la ausencia vuela el sol

como un pájaro sin cielo.





(3)

Hay un pasadizo

de fríos prematuros

que dejan las señales

de la pena en la palabra,



como un río al azul

del hilo que no llama


a cada instante.




(4)

No es la primera vez

del suspiro que se ahoga

al desplegar tus alas.



Culpa tienen los giros del descanso

que cortan la flor

a mi mirada verde.




(5)

El mar emerge

y atento escucha

de calor enamorado

su esencial remedio para la sed.



Debajo de puentes quebradizos,

por la soledad y el rencor,

la voz que parece amor

trata de flotar.




(6)

El fracaso y la desnudez

nos confían secretos que no se agotan.



Pero la mirada ausente

necesita días

que reinventen sombras,



y echar de menos.




(7)

En el azul inmenso

de tu tiempo alado

busca conformarse

el alma cotidiana

con la huella de las horas

que desborde una palabra,



con el miedo transparente

que algún surco enhebra.






(8)

Cuando en toda mitad

el a solas asola

cuaja lo amargo,



y pide labios al aire

como mano salvadora,



o tu voz del mar.





(9)

Los hechos

que quedan a los pies

de un lenguaje de espejismos

se deshacen ahogados

en al propia tristeza,



y no hacen

disfrutar del mar.





(10)

La herida que no aprende

a sanar de su ocaso

destilará su existencia

al menor movimiento,



manchado al dolor,



goteando pasados

a la paz de una playa.







(11)

La primera vez

que te haga el amor

será verano. Cruzarán las galaxias

todas las estaciones

y las unirá el verano a tu piel en la arena.



El hielo en la lengua

no atiende a la cordura.






(12)

Mi azul

es un grito de tu azul,

y a estar vivo la vida evapora.

La voz de una medalla

se convierte en perfume

y un ladrido a la nada. El detalle

de amor equivocado obliga a pensar

si es una red sin ti, si soy

solo una araña.







(13)

El mismo mar,

la misma lengua de fina arena,



y nuestras huellas

suspenden en geografía,



por andar sin aire.







(14)

Al cobijo del rencor,

del tiempo derruido,

sueñan ser corazón

las cicatrices. Y,

como siempre,

tarde.







(15)

Del azul de mis rutinas

al azul para los ojos,



pero breve, seco, extraño, gris,

amargo,



todo el abecedario

de las olas fugaces,

y por labios que no suturan sus abismos.









(16)

Nunca te escribí. Guardaba

el frío tus hojas. Y al corazón

no tenía palabras que decir.

Luego,

cuando tú tocaste a vivir,

abrió el mundo

con ansia de ser testigo

de tierno aliento

de mis ojos ciegos.







(17)

Ningún cuerpo que escapa

se te parece, todos repiten rostros.

Sus olas no vienen a mí

como vendría sola tu ola

nadando instantes, y solo hallo

razones en tanto bello para mirarte,

para volver una y otra vez

a ser ojos de los de antes, a manos

que confundan universos

con el aire de mis labios, a ser

un beso tonto, o apenas

el momento más fugaz de verte.








(18)

No sobra nada. Ni

el hacer más imperfecto,

ni el enfado más preciso.

Cuando así se ama se respira

el tesoro y la desgracia

que existir nos da,

y en lo que toca no se piensa.

Sostener el desafecto

y crecer por el simple eco

de nuestra íntima fragilidad

enseña a adaptarse

al alma entregada.








(19)

Dejemos que nazca

el silencio enamorado,

que con sigilo enhebre

el corazón de las cosas

que no encuentren la palabra

eternidad a la desnudez

de todo lo que ha cosido

mirarte.








(20)

A otra herida que abre

todos los infiernos

la cierra el mar,

el paseo por una playa.

No borrará su nombre

la mirada rota, quedará

el ayer que la respire, será tiniebla

al otro lado

con las verdades a la cara,

pero aún siendo orilla

de los cielos posibles

a donde vamos.






(21)

El mar se acaba,

y sigue la ausencia

con el azul

que no sostiene pasar página

por volver a casa,

donde queramos o no,

y sobre todo,


se oye el mar.







(22)

Al mar de tu enfado

sigo haciéndole olas,

es decir:

¿qué es amar sino

ir y venir de mar)







(23)

Azul

era la voz en los ojos,

todo lo mágico que conmovía

a la luz

el andar de cada día,

eran de otros versos los silencios

de alambre, la luna de cada Te extraño.

Y el mar

me deja desnudo esta vez,

con las sangres

al aire

y Nosotros a golpes.








(24)

Cuando se quiebra el reproche

se adentra el tiempo en el espejo

y mira

en su infancia

aquel color de la lluvia.







(y 25)

Lo azul

de un mundo de fantasía

no se abandona

sin alas.