juanitorisuelorente -

domingo, 12 de febrero de 2012

AXIOMA


Crece de mí este ser que cada vez habla menos de antes. Que construye al tiempo que se aleja  de lo construido. Que vuelve a preguntar sin haber obtenido todas las respuestas. Un ser que me atiende, valora, al otro lado de lo sabido. Que es y no es continuación. Que vive nuevo sobre la base vieja. Que renace de lo vivo. Sangre de mi sangre. Preso de mi sangre.  Preso liberado del nunca. Que no huye. Que quiere ser, y solo buena parte de lo que ha sido. Un ser que apoya en mis cimientos y parte visible sus nuevos deseos. No puede haber, le digo y sabe, ruptura entre ser y ser, entre lo debido y lo sentido. Y sonríe, y entre mí despunta y se muestra, huye de lo tímido y la seguridad de lo hecho, a
hacer y hacer cumbres de la nada. Y me hace sentir diferente sin ser otro. Con una energía ajena, de la que abandona el punto fijo y curiosea. La que noto mirarme desde afuera, desde todos los espejos. Antes sólo veían mis ojos, ahora ven y veo a mis ojos. Hablo desde el más absoluto silencio. Observo las cosas, a los demás. Ser que llega justo a ser bastón cuando me fallaban las fuerzas, a ser puerta de salida en el laberinto del tiempo abocado a mirar a su sombra, tiempo cada vez más intenso de edades pasadas, de búsquedas que fueron quedando atrás sin resultado. Llega de mi mano a coger mi propia mano, de mi mente abriendo puertas y ventanas, aireando humedades, y usa mi propia mi voz para decirme: “no todo está en vías de acabarse. Un paso atrás son cinco adelante”. Es, fue, mi vida. Coger el testigo y correr hasta la meta de cada anochecer, de cada rendir cuentas al día. Días ahora de continuos amaneceres, plenos de nuevo de distancias, colores y sabores. Llega sin edad a soñar de mí. A llevarme  más allá de lo más lejos. Desde ser de lo que soy y he sido, a ser de mí mismo otra mente, y lo que recicla: su palabra. Llega, estando, sin haberle conocido, hecho a golpes y caricias, al todo y a la nada, de ser uña y carne mañanas y años futuros a ser ayer, todas las horas del día, sus minutos e instantes. Llega con una luz en una mano y me muestra con la otra caminos en mis caminos, adioses que no necesitarán despedidas, viajes largos, muy largos, que no necesitarán ir muy lejos. Y calza zapatos de subir y bajar inquietudes sin hacer ruido.


6 comentarios:

  1. A menudo amigo, escribir es un redibujarse, redefinirse, recontinuarse, siempre naciendo y siempre muriendo.Aprender a convivir con este nuevo yo es la taréa que al poeta le toca cada día.Me ha encantado

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  2. Y lo mejor de todo es que entre un ser y otro ser haya equilibrio, entendimiento y conexión, porque ambos son el mismo siendo tan distintos.

    Un abrazo Juan, y felicidades por tu texto.

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  3. SI EXISTE ARMONIA ENTRE SER Y SER ESTÁ TODO BIEN.
    UN BESO QUERIDO JUAN
    CARIÑOS MILES

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  4. Salió del alma éste nuevo look. Hace ya seis o siete años. Hibernado anduvo, quizá esperando el calor de la edad.

    Gracias Pepi. Un abrazo

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  5. Somos el mismo, ya, pero he de cerrar uno para abrir el otro. En mi trabajo, en la relación con promotores y proveedores la poesía no es tema de conversación. Por suerte tiene su tiempo, y su rinconcito.

    Un abrazo. Gracias Elena

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  6. Nos llevamos bien, Luján, como amigos inseparables. Y cada uno tiene su espacio inviolable.

    Un abrazo

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