VALORES

En general la sociedad está degradada, y no solo por su economía. Están en quiebra sus valores, a la par, es cierto, que su capacidad adquisitiva.

Los valores humanos son capaces de unirse para soportar adversidades, pero qué hay de lo apoyado solo en lo material cuando éste falla.

Una sociedad que ha creado al solitario como guía, al modelo suficiente, al chamán celoso de todos sus secretos, una sociedad que les abrió la puerta al inmenso futuro y les heló el corazón, les ha dejado como islas rodeadas de gente: otras islas.

Perdido el sentido de la solidaridad, del respeto y a marchas forzadas de la honestidad les quedaba el amparo del sistema, el refugio de su lujoso mundo interior. Todo lo que se les ha venido abajo.

En el amor, en la amistad, buscan ahora confianzas, en el erial de lo no sembrado. Lo buscan en la unión de lo roto en mil pedazos, en la unión de voces que ya solo dan para el grito y la rabia. Un poco tarde para eso, pues todos hablan y callan.

Ésta sociedad está en un punto álgido de falta de identidad, ha perdido el sentido, la orientación, y se pregunta al mismo tiempo el hacia donde y el para qué. Dudas de libro, por otra parte.

Y sigue rezumando –está en su kit de supervivencia- la palabra esperanza como una primitiva por llover y no como la vieja fe, la caduca, en su feliz regreso a remendar corazones rotos, almas en fuga.

Así en el mundo, la mayoría de sus gentes naufragan hundidas en sí mismas.

A la deriva flotan sus valores, aptitudes, actitudes, que a pocos importa ni valoran.

Gentes que solo interpretan pérdidas como objeto en cuestión.