juanitorisuelorente -

jueves, 23 de febrero de 2012

LA ALEGRÍA


La alegría y ésta interminable crisis, en mi ciudad,  se están convirtiendo en enemigos cada vez más irreconciliables.
Los gestos serios, agrios, las caras largas,  algunas rozando los zapatos, no dan una sola oportunidad para dibujar con trazo más o menos firme una mueca agradable, una leve sonrisa que alegre el corazón, que no sea impuesta por alguna rutinaria, o
debida ocupación o cometido.
Los motivos, antes puntuales para estar alegres, ahora son motivos encadenados para no estarlo. Hoy ver a alguien alegre le señala: “O no tiene problemas, o es un irresponsable”, es el sentir general.
Antes alegraba la cercanía, la llegada de un día festivo, y se intentaba disfrutar en lo posible, y ahora ante cualquier fiesta, el carnaval por más cercano, la gente, en general, ha salido porque había que salir, la gente ha paseado, ha tomado unas cañas, sí, pero más desde la obligada costumbre que desde la gana.
Ésta tristeza interior induce al silencio, a no confiar los problemas a nadie, a mirar al futuro con un respeto no recordado.
Y es que no queda otra que vivir el presente, el intentar llegar a cumplir mes a mes con todas las obligaciones contraídas para que nuestra vida siga su ritmo más o menos normal, para que la mayor o menor cuantía de nuestros bienes no pasen a engrosar el agujero de un banco, las supuestas arcas de Hacienda…
Pensar con más tiempo es gana de perder el tiempo. Y entristece. Y ya se sabe que es difícil que ría el que no puede.

Sin embargo la alegría es una necesidad básica, un estado que genera paz, energía, autoestima, equilibrio, y algo importante: es un sentimiento compartido.

Y cierro con una cita de Elbert Hubbord –que por cierto no sé quién es-: “Triste puedo estar solo, para estar alegre necesito compañía”.

Y con otra cita mía: “La alegría nace, y se hace”

Y con otra cita de nadie: “La alegría vale mucho, y cuesta poco”

12 comentarios:

  1. ...cuanta razón y que pocos se negaran a rebatir JUAN...un fuerte abrazo j.r. feliz fin de semana.

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  2. HERMOSAS LETRAS LLENAS DE RAZÓN, PERO SONRIE ES CONTAGIOSO.
    CUANDO LA TRISTEZA TE INVITE, DILE QUE ESTAS COMPROMETIDO CON LA ALEGRIA.
    UN ABRAZO
    AMBAR.

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  3. Esa tristeza creo que es contagiosa, más que la gripe A, pues esa actitud que dices encuentras entre tus vecinos también la veo aquí y en todas partes. Imagina un pueblo cuya única industria es la de los azulejos y balsosas, como son Onda y Alcora, y que desde hace tres años tiene todas sus fábricas cerradas.Mi hija vive allí, y te juro que en estos tres años ha envejecido quince.A primeros de mes iremos a veral, pero ya imagino las lágrimas y la preocupación por el futuro.A veces actuamos como los payasos: hacemos reír a los demás ocultando nuestra pena interior. Un abrazo

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  4. La verdad es que para aliarse con la alegría en estos tiempos que corren,hay que hacer un esfuerzo sobrehumano...
    Por aquí,los jóvenes se angustian cada vez más y ya veremos en qué acaba todo.Loa que ya no lo somos,estamos angustiados ya y poco a poco estamos olvidando las sonrisas,la felicidad y la alegría; esa chispa que nos hacía llevadero el camino.
    Por los pequeños hay que hacer ese esfuerzo,para que no les amarguen la existencia recién comenzada.
    Besos.

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  5. Es como dices Juan, la tristeza se respira, te roza en la calle, y todo parece, es, distinto.
    Cierro los ojos, cruzo los dedos y espero que no dure mucho.

    Un abrazo.

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  6. asi es la vida, con sus momentos trágicos y otros llenos de alegría, pero la alegría necesita del clima apropiado para ser cultivada, y de la intermitencia necesaria para ser aparecida periódicamente.

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  7. Lo percibe el que mira y quizá no tanto el que le pasa, Jose. Es un cambio paulatino, lento, ese que agría los gestos sin notarse, apenas.

    Un abrazo

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  8. A mí no creo que se me note mucho el cambio, mi gesto es serio aunque a veces por dentro sea otra cosa. Pero sí se les nota y mucho a los rostros antes rutilantes.

    Un abrazo Avelina

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  9. L acara es , no importa repetirlo una o mil veces, el espejo del alma. La tristeza o la alegría no se pueden esconder. Los ojos son unos chivatos.
    Hablas de Onda y Alcora pero Bailén creo que está peor. Aquí el trabajo no es un bien escaso sino nulo.

    Un abrazo Juan

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  10. Ríe sin gana no es reír, Marinel, es sonreír, y eso y poco al final es nada.
    Antes nos entristecía la rutina del trabajo y hoy la echamos de menos. Hoy la tristeza es la incertidumbre.
    A los pequeños, por desgracia, no se les engaña fácil, son esponjas.

    Un abrazo

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  11. Hasta volver a ir por la vida con el corazón en la mano, confiados, pasará tiempo. Esperemos que esto no dure.

    Un abrazo Elena

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  12. Esto no es como otras veces, Jose Fco., tenemos encima algo muy gordo. En la era moderna nada parecido se ha vivido antes. Por ahora la tristeza se ha instalado a modo permanente, y como si fuese cada uno su casa.

    Un abrazo

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