juanitorisuelorente -

viernes, 6 de enero de 2012

REGALO DE REYES


Os dejo uno de los haikus, de BASHO, que me ha hecho reír -a mi mujer no, que lleva más de un mes esperando que  pegue una baldosa caída en el zócalo de la fachada-:

                                                            Entre las piedras
                                                            del patio del albañil
                                                            florecen los crisantemos

10 comentarios:

  1. Las flores se cuelan siempre.

    Momento totalmente inapropiado para leerle ese haiku, jejejeje.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. No me extraña que no le haya hecho gracia, ya se sabe, en casa del carpintero cuchara de palo.

    Un abrazo Juan.

    ResponderEliminar
  3. No es para hacer reír hablar de crisantemos.
    Sera porque estan expuesto a a morir o a que muerte se refiere el haiku?

    ResponderEliminar
  4. Las flores se cuelan por falta de cemento. Y no acierto a explicarme el porqué no se tapan, y en cambio si llama alguien ajeno se hace cuanto antes. No sé, no sé...

    Un abrazo Halcón peregrino

    ResponderEliminar
  5. La cuchara de palo es en casa del herrero, pero da igual Elena, porque en casa del albañil ni de palo ni de hierro, es que no hay cuchara.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  6. La metáfora del haiku yo la he tomado como que el crisantemo representa al trabajo muerto o al albañil muerto -por aquí solemos llamar muerto a lo que no se mueve, bueno además de otras cosas-.

    Un abrazo Marian

    ResponderEliminar
  7. Ya supongo la risotada que te ha proporcionado después de conocer la historia de la baldosa... Un abrazo.

    ResponderEliminar
  8. Al abrir el libro fui derecho a este haiku y se lo enseñé a mi mujer. No necesité explicárselo.

    Un abrazo Marcos

    ResponderEliminar
  9. pugnaces las flores, su esplendor, entre las grietas del hormigón, y eso que va este armado.
    saludos blogueros

    ResponderEliminar
  10. El hormigón no es obstáculo para las flores, una raja llena de polvo es suficiente para ellas. Luego está ese albañil, no perezoso, sino que no tiene tiempo de cortarlas, al menos las de su casa.

    Saludos José Antonio

    ResponderEliminar