Son los días de hacer disueltos.
Aprueba la mayoría no ser
codiciosos
e ir dejando lastre a su albedrío.
Océano es agua entre continentes
o país un plano infinito de
cabezas esperando
sobre cuerpos de no saber moverse
parados.
Son los otros, infelices.
Sus números entran y salen de un
cajón
para crecerse, la estadística
sube como una flecha
a pinchar traseros que huyen de
cercanas promesas.
Son palabras de boca en boca,
días de colgar usureros.
Con luz de vela sus oídos leen a
la orilla del río
seco, a su aire sangran los
corazones sin abrigo,
en sus lágrimas nadan pececitos
fieros.
La felicidad la tenían guardada
en un juguete
que ha vuelto a romperse.
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