La cultura actual en Bailén es un
mundo cerrado en sí mismo. Poco o nada, salvo quizá el teatro y las
recreaciones históricas -para que no me corrijan-, merece exportarse. Corren
malos tiempos para la cultura en España, bien es verdad, pero es que aquí
cuando han soplado buenos vientos pasaba exactamente igual, nadie ha
despuntado, nadie despunta, amagos y más amagos que apenas quedan para el
ámbito local o algún breve eco provincial o autonómico.
Basta dar una vuelta visual por
nuestros pueblos vecinos, o la capital, para descubrir nombres de más o menos
calado nacional e internacional, y a los que editoriales les
publican libros de
narrativa y poesía habitualmente. A escala nacional llámense Molina Damiani,
Javier Cano, Martínez Aguilar, Manuel
Andújar, Caballero Venzalá, Fanny Rubio o Salvador Compán, entre una extensa
lista, sin olvidar –palabras mayores- a Muñoz Molina o Eslava Galán, entre
algún otro: Sabina como poeta, por ejemplo.
¿Qué
ocurre, entonces, en Bailén?
Aquí -es el colmo- tenemos un
concurso literario que nuevamente -ya
ocurrió en 2009- vuelve a pasar sin pena ni gloria, tan desapercibido que no
merece ni la publicación del fallo en
los medios digitales y escritos locales, ni siquiera en la página web del
propio ayuntamiento, y pregunto: ¿para qué, entonces, lo hacen? En controversia
absoluta con el concurso de cartas de amor, al que se le otorga un caché, en
comparación, inusitado.
Bien.
Veo cultura y destellos, pero
salvados los dos o tres de siempre, qué frena al resto para dar ese pasito
adelante y mostrarse en lo que sé que sin duda saben hacer.
Sería bonito dejar de andar en
círculos y tomar la buena dirección, desligarse de viejas o recientes ataduras,
del encasillamiento, y compartir esas buenas ideas y deseos por cumplir.
Mostrarse desde el escalón más
bajo, que hace incluso grande al más grande, la humildad y las ganas de
aprender.
Crear también crea riqueza y vida en
otros sentidos para un pueblo, habituado a ser noticia, y de nuevo, por tristes
razones.
Y crear, abrir nuevos caminos y
horizontes, cuesta y aquí no está valorado, al menos abiertamente.
El ánimo de conocidos y amigos,
alguna mano tendida, ofrece agua a éste
ambular desértico. Y el tesón, y la paciencia, que no abaten la lejanía del
resto.
Escribir es bonito y muchos en
Bailén lo saben. Muchos a lo que les falta ese mínimo apoyo para creer en sí
mismos, para intentar hacer ver que lo que hacen en el más absoluto secreto
merece ser mostrado, merece ser leído, merece sin duda la pena.
Al menos intentarlo, ya que sólo
acierta o se equivoca el que hace.
En mi caso he encontrado una
salida en las redes sociales, en mi blog en particular, donde publico poesía y
relatos de los libros que he escrito y lo que nace del día a día, al tiempo que
hago amigos de España y buena parte del mundo con las mismas inquietudes, blog
que con permiso de Jose Luis –no hace al suyo competencia- doy la dirección:
juanitorisuelorente.blogspot.com
(Gracias anticipadas)
(Artículo enviado a bailendigital.com)
Sí, en las redes sociales está el presente (ya no se puede decir el futuro, porque ya es futuro) Yo también encontré en los blogs un universo que ni imaginaba la primera vez que creé una bitácora. Una posible solución para el concurso litertario de Bailén sería publicarlo en escritores.org (por ejemplo) para que se publicite y participe cuanto má sgente, mejor. Pero bueno, por ideas que no sea. Un abrazo, Juan
ResponderEliminarMarcos, el concurso literario de Bailén no es ni la sombra de lo que ha sido. En 2009 me dieron el accésit de poesía y al mes escribí una carta a bailendigital.com -aquí lo lee mucha gente, y de fuera- quejándome porque no habían publicado el fallo en ninguna parte. Al día siguiente lo publicaron, pero a escritores.org que citas o a la que yo siempre he pinchado: deconcursos.com, llegó con tres meses de retraso. El concurso es cada dos años, y en éste 2.011 los dos únicos premios que no han declarado desiertos, de relatos ambos, no han merecido ni una nota en ningún medio. Por eso es mi pregunta: ¿por qué lo hacen?
ResponderEliminarYo recuerdo a este concurso muy pocos años atrás en todos los medios locales y provinciales. En fin, le echaremos la culpa a la crisis, y la desgana.
Un abrazo