juanitorisuelorente -

martes, 10 de enero de 2012

INOCENCIA

















Yo llevaba las manos llenas,
esa intuición basada en lo evidente.

Correspondido,
       aflora afuera lo profundo.

Inconsciente o confiado custodiaba
solo el cuerpo la certeza.

Dentro
    el eco de una canción nueva.
Afuera
el gozo de un dispendio todavía.

Alma, la piel a tiras,
lo inocente, me arrancaron.

Recuperé el alma, mudé de piel,
la inocencia quedó en sus manos
para siempre.

No la hecho en falta.
              No es mío lo que no quiero.

4 comentarios:

  1. Hay cosas que nunca se renuevan, pero el alma de niño es lo que nunca nos podrán arrancar.

    Besos de mariposa, Juanito.

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  2. Hay quien afirma que en realidad somos el niño que fuimos, lo demás sólo son añadidos.

    Un abrazo Juan.

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  3. La inocencia suele arrancarla la vida a golpes, Diana, en cambio el alma de niño suele seguirnos cogida de la mano.

    Un abrazo

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  4. Fíjate, Elena -a mí me pasa-, que mirando fotos de niño me veo en esa mirada infantil realmente como soy ahora. Yo creo que el niño que fuimos y somos lo llevamos de por vida en el fondo de la mirada.

    Un abrazo

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