Ando en muchos caminos,
también en remotos dones que despiertan sin hastío.
Vivo las horas del día tan lejos como viven,
y al regresar otra vez las tardes que las acarician y humean.
De nuevo
hay infinitos instantes en cada paso que no le acompañan,
una caprichosa canción que cambia el ritmo por momentos
al monótono silbido, a su paz de décadas,
hay un discurrir lento y preciso que conduce al ser
por donde tiembla de frío, a pesar de su aspecto riguroso,
un quererse inexplicable, una nueva tela de araña.
Ya no ando al modo que acaso sepa,
ya no al de tanto tiempo complacido,
no al del monstruo cazado, ni al de su furia encantada,
ya no al de los sueños, que cedí a los que me siguen y
sueñan,
sino al de la llama confusa
que, según la dirección del aire,
vuelve a quemarte, vuelve a quemarme,
o vuelve a quemar a nadie.
Aquella llama de ilusión, de amor, o de esperanza es la que debe mantenerse.
ResponderEliminarLo mejor para ti en este nuevo año, querido Juanito.
Abrazos alados.
Llama que no derrite pero mantiene a temperatura estable el iceberg de todo buen capricornio.
ResponderEliminarUn abrazo renovado Diana
Pero qué bonito! Me ha gustado mucho leerte.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Gracias Beatriz.
ResponderEliminarMe alegra verte por aquí.
Un abrazo
Hola Juan, vengo a contarte que acabo de publicar este maravilloso poema en mi blog y te invito a visitarme para que me digas si te gusta el resultado. Ha sido muy grato hacerlo.
ResponderEliminarLa música es elección de Ruth.
Te dejo un cariñoso abrazo.
http://beatrizsalas10.blogspot.com/2012/02/juan-risueno-la-llama-del-blog.html
Hermoso...
ResponderEliminarTe leí en el blog de Beatriz
Todo un lujo
Gracias
Un beso
pues poeta,buenas tardes, gracias a Beatríz he hallado este hermoso,hermnoso lugar y te felicito por este bellisimo poema!!!realmente!
ResponderEliminarte dejo un abrazo enorme, da gusto leerte
gracias!!!
lidia-la escriba