juanitorisuelorente -

sábado, 10 de diciembre de 2011

REPROCHE AL AMOR FALSARIO


Hay en tu elegancia,        
sepultada bajo tu lencería,
una extraña dosis de mercadería.
La tela se transparenta y se te pega al cuerpo
con el sol dorado,
estremecida por el cosquilleo del aire,
creando un efecto
de diosa ininteligible
a medio camino entre la irritación
y el entusiasmo.
No hay derecho a la indiferencia.
Si de la intimidad cuentas
que caminas como sonámbula
por avenidas solitarias
¿qué vuelve a abrirse cuando
te enaltecen
las miradas convertidas en carne
como perlas de un collar ya de bisutería?.
Si albergas el descenso y su atonía,
el seno oprimido, ficticio,
la piel escurridiza por el maquillaje,
un cuerpo deshilachado,
si practicas la conversación lánguida de sufrida esposa,
de madre de cinco hijos bien casados,
y alguno díscolo que no hay manera,
de un marido distraído,
¿qué extraño rotor empuja
el movimiento circular de tus caderas,
qué extraño jardín florece camuflado
en el follaje de la edad,
qué agónica agarradera?

5 comentarios:

  1. No sé qué decir, Juan.
    Si en el caso la razón es que algo falla ¿porqué no buscar una buena solución? Tiene que haberla, tan solo hay que encontrarla.

    Biquiños.

    Carmen

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  2. Hola Carmen.
    Nació este poema hace tiempo y en una boda. Allí de espaldas una señora con un cuerpo perfecto se movía con soltura entra un grupo de cincuentones. Supuse que la conocería y me acerqué a ella para darme cuenta que era una amiga de mi abuela, ya fallecida. Con ochenta y largos, nada que pudiera remediarse, salvo de espaldas.

    Un abrazo

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  3. El poema es impecable. Denota dolor, algo de rencor, y mucho reproche.
    También escribo poemas y relatos y sé el poeta o escritor imagina escenarios y los recrea como si fueran reales; pero si yo conociera una mujer como esa, me parecería cruel decirle esas cosas;todo eso ella ya lo sabe y bastante sufre mirándose en el espejo.Son palabras que en vez de solucionar el problema lo complican.

    Hoy amaneció la calle mojada, lluvió durante la noche. Feliz domingo, amigo.Un abrazo

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  4. Juan, hay que saber envejecer para así no caer en el más espantoso de los ridículos. Imagínate saliendo tú a la calle con un pantalón de malla marcando paquete, con un top y haciendo musculitos, además de andar diciéndole piropos a todas las quinceañeras que pasen.
    Yo creo que el problema no está en mis palabras que puedan herir sino en su cabeza. También te digo que dio para más de un poema.

    Un abrazo

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  5. No me imagino vestido así,¡ja,ja,ja!
    Pero sí que he visto a hombres y mujeres que lo hacen y lucen un aspecto jovial y moderno,almas en busca de nuevas de experiencias que ya no lograrán.
    Pero ellas mismas saben que no pueden revivir el alma si el cuerpo no acompaña, y en la soledad de la noche mojan de lágrimas sus almohadas.Un abrazo.

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