Hoy estoy sentado en el mismo lugar
pero frente a una silla vacía.
Hoy escucho las palabras de ayer
porque no tengo palabras.
Hoy todo empieza desuniéndose,
asolado por la sombra que desvela.
Es el aire tu perfume, y su ceniza,
tu mirada, y el silencio que la aturde.
Fue ayer acaso
lo que hoy nada significa.
No estás,
y frente a mí danza la costumbre.
Muy tierno. Parece que estás algo triste. Animate.
ResponderEliminarBesos.
Precioso! Sensibilidad y melancolía a flor de piel.
ResponderEliminarQue disfrutes de estas minivacaciones, apreciado amigo. Sé feliz.
Tremendo y desvelador poema.
ResponderEliminarUn abrazo Juan y no dejes de sonreir
Hola Alba. Gracias.
ResponderEliminarTriste si fuese el protagonista de este poema. Poema que anoté comiendo con mi hermano en el Dover -restaurante de Jaén- en mi pequeña libreta de trabajo al observar a un chico solo comer al lado nuestro con la mirada perdida e imaginar qué podría ser la causa de esa abstracción.
Yo, la verdad, soy algo solitario por naturaleza pero bulle la algarabía alrededor, voces de cariño -algunas disienten, pero bueno- que alegran ésta vida ociosa que hay que alimentar todos los días.
Un beso amiga
Gracias Mª José. Bueno, yo diría intermitentes mini vacaciones,ya que he trabajado ayer, y Dios mediante el miércoles y el viernes.
ResponderEliminarIntentaré descansar. El cuerpo, que no la mente.
Un abrazo
Ante lo que tenemos encima he sacado mi vena más flemática, Marian. Yo tengo un rictus natural en los labios que no siempre -casi nunca- denota lo que hay.
ResponderEliminarPor sistema la risa y la ironía inundan mi interior aunque a menudo les atenace a la luz el respeto debido a lo respetable, y no.
Un abrazo