juanitorisuelorente -

martes, 6 de diciembre de 2011

DESPERTAR


Las ramas se apartan.
Una voz furiosa me llama,
Una vela encendida en la noche.
Inapagable.

No lejos del camino.

Una muchacha acodada en el alfeizar
me mira con un fuego triste.
Luego su risa idiota. Sus secretos
nunca revelados. Sin pistas
 ya de su procedencia.
Mis pies balancean al aire,
al filo de la realidad. Detrás
el espacio se reduce. Oprime
una a una las agarraderas
y empuja mi desidia,
la resignación que imprime cada gesto.
Son las baldosas frías las que resucitan la carne inerte.
Misteriosamente, como de las entrañas de la tierra.
Y nada ha cambiado. Como quién
no envejece.
Afuera, un cielo de nubes espesas
construye un refugio donde la belleza
palidece. Dilata la noche.
Sólo para que el hastío
presida el ánimo.

Y la vergüenza.

Es tarde y alguien se sentirá ofendido.

4 comentarios:

  1. Juan, hablas de despertar cuando yo estoy medio dormida... Pero no quería irme a dormir sin pasarme por aquí, y me alegro, porque la fotografía que has subido, la del ciervo ¡es preciosa! Con tu permiso, la guardo y, si me das permiso, es posible que la pueda utilizar para algún post en Meiga (por supuesto que citaría que es tuya y pondría un link a tu página)
    Biquiños!!

    Carmen.

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  2. Hola Carmen. Usa la foto como quieras, y no hace falta que me cites. No tengo más interés en ella que la de mostrárosla hasta que piense cambiarla por otra. Más bonito que la foto fue el plasmar ese momento, la sorpresa de verle tan cerca de nosotros.

    Un beso

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  3. Juan, me uno a Carmen en la admiración de la fotografía que has puesto, y eo me recuerda una anécdota que pienso contar en mi blog. Como Carmen, también usaré tu maravillosa foto si no encuentro la mía.
    Sobre tu poema, quiero imaginar que la muchacha que te mira con ojos tristes es la misma cierva, que intuye el peligro.Un abrazo, amigo

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  4. He visto que en tu entrada has puesto tu foto aunque no he tenido tiempo de leerla.
    Yo tengo -tú también tienes- peligro, pero sano. Somos leones pero sólo para cuando nos permitan demostrarlo.

    Un abrazo amigo Juan

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