Hola Juan. Paso a visitarte y me encuentro con esta verdad, así es la vida, todo prestado para disfrutarlo y cuidarlo, los lleguen luego encontrarán, lo que nosotros dejajamos. Con la velocidad de la luz de un relámpago, así, pasamos nosotros por la vida. Un abrazo. Ambar.
Hola Avelina, no te asociaba al seudónimo de Ambar, y nos hemos cruzado muchas veces en los comentarios que hacemos a otros blog. Me alegra tu visita, Sobre el poema decirte que esta vida es muy corta y al tiempo muy larga, que da tiempo a todo y al tiempo a casi nada. Es así aunque no sepamos nada de ella.
Querido amigo: Esta poesía tiene una enorme carga de humildad. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarEs absurdo pensar lo contrario, Fernando.
ResponderEliminarUn abrazo
Suscribo el comentario de Fernando.
ResponderEliminarEs bueno no creerse el centro de nada, porque sin nosotros, todo continúa irremediablemente.
Un abrazo.
...así mismo la via va y llega sin interferirse, malo si lo hace ...un fortisimo abrazo JUAN.
ResponderEliminarj.r.s.
Hola Juan.
ResponderEliminarPaso a visitarte y me encuentro con esta verdad, así es la vida, todo prestado para disfrutarlo y cuidarlo, los lleguen luego encontrarán, lo que nosotros dejajamos.
Con la velocidad de la luz de un relámpago, así, pasamos nosotros por la vida.
Un abrazo.
Ambar.
Elena, todos somos muy importantes, pero sólo para que siga girando la rueda.
ResponderEliminarUn abrazo
Somos caminantes, no el camino, amigo Jose. Es inevitable que eso sea así.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Avelina, no te asociaba al seudónimo de Ambar, y nos hemos cruzado muchas veces en los comentarios que hacemos a otros blog.
ResponderEliminarMe alegra tu visita,
Sobre el poema decirte que esta vida es muy corta y al tiempo muy larga, que da tiempo a todo y al tiempo a casi nada. Es así aunque no sepamos nada de ella.
Un abrazo