una mala madre
Como quién los recita al confesor
y se libera de su pecados
desertan mis palabras
a la corriente del olvido.
La atmósfera sofocante de la servidumbre,
del amor no correspondido,
son sólo detalles patéticos
agravados por la oscuridad
y sus meandros.
Agazapada entre las grietas de la roca
siempre está tu mirada fija, de rencor,
salpicando de herrumbre
aquel desazón,
aquella rabia incontinente.
Y allá lejos,
a una región ignorada por la gente,
viaja mi mente cuando te trato,
a los espíritus de
antaño
vuela mi recuerdo
cuando me asfixias con el humo
de tu felicidad y tu desgracia.
Felicidad y desgracia que no son otras
que tenerme a tu lado.
Nostalgia y ternura son los sentimientos que evocan tus versos.
ResponderEliminarUn placer leerlos,amigo Juan. Te deso un feliz cambio en todos los aspectos para el próximo año. Un abrazo
Desde luego, Juan. Nostalgia porque recuerdo sin posible olvido el cariño de mi madre, y será por eso que no entiendo "el cariño" de otras madres. Aunque deberían, aunque sólo fuese por agradecimiento, tenerlo.
ResponderEliminarYo me siento bien, y solo agradecería un cambio en alguna hipocresía que me rodea.
Un abrazo. Feliz nochebuena con los que tengas a la mesa, y con el resto al teléfono