En éste horizonte parado (cada vez
más como un cuadro surrealista) parece que algo se mueve, se va mostrando
inquieto, se asoma a ver, a mirar qué pasa; si hay razones que inviten a regar
su letanía, su cansina e interminable inmovilidad, al menos con algunas gotas
de esperanza.
Nada es firme, nada está probado,
y sin embargo todo lo nuevo viene con la vitola de cambio, de progreso, de
mejora. Y produce ánimo. Porque nada puede ser peor que lo pésimo. Porque nada
puede ser menos que no tener nada. Y más vale esperar algo que seguir esperando
nada.
Lo saben más de cinco millones de
ausentes que no pueden regresar a la vida útil si otros no lo hacen antes que
ellos. Lo saben los que están a punto de hacerles compañía, y los que les
seguirían más adelante si alguien no frena ésta debacle, más nacional que
mundial, más nuestra que de nadie.
Empresarios, promotores -cabezas
tractoras- esperan dinero y camino. Esperan que los Bancos sirvan para lo que
se crearon, esperan que cada uno sirva para lo que es.
Ellos han de empezar primero para
que los demás les sigan. Ha sido así desde sus orígenes. Atavismo puro pese a
los sueños de grandeza. Y mal lo han entendido esos dirigentes que han vuelto a
meter en el fango la pierna hasta la ingle.
Hace falta esa mano que ofrezca
confianza para que “El Poderoso Caballero”, ese malandrín oculto, ese reptil aletargado, ese ratoncito insomne, comience
a crujir los huesos de sus manos prestidigitadoras, comience a estirar sus
vértebras, asome sus bigotes a la puerta de la madriguera y tire sus cartas
sobre la mesa, muestre su lengua viperina, empiece a otear algún trocito de
queso tierno, fácil de digerir.
El dinero no es beato porque solo
cree en sí mismo y ya está un poco harto de seguir un año tras otro rezando el
rosario. Lo suyo es la suficiencia y no el ser suficiente, lo suyo es tener y
más tener, y no andar sumido en esa voz que a diario le frena: “¡Shhh, silencio,
calma!”.
De nuevo la ilusión gira a la
derecha hacia un Walt Street todavía inmaculado.
Y empieza a evaluar los daños. Algunos
irreparables que no la vida, siempre en estado de préstamo pero por suerte inembargable.
Bien. Hay caras nuevas, nuevos
gestos. Gestos sonrientes aunque, a ver, con algún poso de amargura. Porque
ingrata es esa ardua tarea de intentar
restaurar el crédito, lo perdido, lo asolado, incluso lo desaparecido. Y escalofriante
ese deber de decir frente a la tumba de demasiado ser humano: “Levántate y
anda”, y esperar a que se produzca un necesario y nuevo milagro divino.
Pero en fin, ya empieza a verse, que no a
notarse, alguna medida: menos ministros, menos ministerios. Gastos cortados de
cuajo. Y la esperanza de que en el sector público caiga y con firmeza la
guillotina. Sector privilegiado con la que ha estado y está cayendo y que ha
sido para el anterior gobierno intocable. Cáncer añadido, entre otros, a su nefasta gestión económica.
Y para colmo ahora está en la
oposición, y con guerras internas, y aunque algo tímido, sigue con sus voces
críticas.
Y ya está bien, señoras/es, ¿es
que no han demostrado sobradamente por activa y por pasiva de lo que son
capaces?
El hombre es el único animal
–dicen- que tropieza dos veces en la misma piedra. En España y con el socialismo
ya ha tropezado dos veces. Ahora le toca a la derecha, y esperemos que
vuelva a tropezar para bien.
Bravo, tanto me ha gustado que he compartido parte de este mensaje en mi facebook.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz NOCHE BUENA
En mi opinión los gobiernos no tienen tanto poder, dependen mucho de los caprichos del mercado y de los bancos.Ahora que el Banco Central les van a dar dinero a los bancos para que den créditos a las pequeñas empresas y familias, seguro que harán lo que han venido haciendo hasta ahora, quédarselo para sanear sus deudas, que por otro lado las estamos pagando todos.
ResponderEliminarTe deseo que pases unas felices fiestas en compañía de los tuyos y que el año que viene te traiga todo lo que necesites y desees, y a todos salud, amor, paz y trabajo, que estamos muy necesitados de él.
Un beso, amigo,
Margarita
FELIZ NAVIDAD QUERIDO JUAN.
ResponderEliminarTE DESEO LO MEJOR PARA TI Y TU FAMILIA.
EN ESTAS FECHAS TAN ESPECIALES TODO PASAR POR ALGO INTERNO QUE TENEMOS QUE RESCATAR: EL VERDADERO ESPÍRITU DE LA NAVIDAD.
BESOS Y ABRAZOS.
Gracias Marian.
ResponderEliminarFeliz día de Navidad
Independiente de los mercados hay mucha gente pudiente que tras la acción de un gobierno irresponsable pone a buen recaudo su dinero. Lacra añadida de la crisis, junto a los bancos, por supuesto.
ResponderEliminarFeliz fin de año e inicio del siguiente para ti y los tuyos, Margarita.
Un abrazo
El espíritu navideño siempre aflora en quienes no hemos puesto nunca ésta fiesta en duda. Necesitamos de éstos símbolos, de ésta acción de fe, para reunir nuestros trozos dispersos, para sentarlos a la mesa junto a toda la familia posible. Es bonito, además de saludable.
ResponderEliminarFeliz Navidad Luján. Un abrazo navideño