Incumplo el pasado realizando hazañas
en ésta tierra olvidada,
negando esa evidencia,
dándole vida
(una palabra muerta).
Incumplo la visión de su paisaje derrotado,
dibujando presencia,
altivez,
fingiendo saberla enmudecida.
Incumplo admitir la ceniza en sus manos vacías
mostrando solo las mías de fe y sangre ardiendo.
El pasado fue abatido,
no hay presente,
pero el futuro que no tiene
tiene por tener mi nombre.
Muy buen final, Juan. Y preciosa la fotografía ilustrativa. Saludos.
ResponderEliminarTu tierra no sería así sin ti en sus días.
ResponderEliminarUn abrazo Juan.
Muy buena.
ResponderEliminarme parece genial recordar los pueblos.
Besos
En esta ciudad no se apostó por otra industria alternativa a la cerámica y así nos va. No mal como en todas partes sino peor.
ResponderEliminarUn abrazo Marcos
Es una ciudad hermosa, Elena, pero extraña. Aquí no se suele ensalzar a nadie si no es amigo de..., en cambio sí todo lo contrario. Pero es algo a lo que también se acostumbra uno.
ResponderEliminarUn abrazo
En ciertos pasajes añoranza, Marian, pero sólo como consecuencia del desastre actual. Tengamos fe
ResponderEliminarUn abrazo