Me hizo rebelarme por instantes
el azar de una sombra sin hojas
-esqueleto que filtra sol hasta los huesos-.
Me hizo borrar sin disimulo
al ser confiado,
desengañado de promesas
que no cumplen
aquellos cuerpos que ya fueron.
El dolor sufre más envejeciendo.
Me hizo luz la mar que acaso no pueda navegar
nunca...
aire el libro sin más amaneciendo...
fe la ruina en los cuerpos quietos
...ah, dentro la vida...
Cansado, harto, de seguir siendo refugio
nazco
a volver a llevar la lluvia a cuestas.
Me gusta. Abrazo
ResponderEliminarGracias Milagros.
ResponderEliminarUn abrazo
Dentro de la vida está el vivir y en él,como barcos naufragamos cayendo al oleaje estresante que nos asfixia por momentos.
ResponderEliminarDe momento,renacemos,subimos de nuevo a la barca y en ella viajamos hasta la orilla definitiva que aún no se divisa.
Y que tarde!
Bonito poema.
Besos.
Es bonito mojarse,, Marinel, nada escribe el miedo.
EliminarGracias. Un abrazo
Renacer a la vida, y dejar atrás las tinieblas del pasado, es un trabajo para valientes como tú, Juanito.
ResponderEliminarBesitos de mariposa!!!
No me tengo por valiente valiente, pero no soy cobarde, eso seguro.
EliminarUn besito Diana
Juan me gusta mucho, eres gráfico en tus descripciones de la apatía que vive a nuestro alrededor, o más bien de desilusión que eso causa.Eres un luchador y eso traerá recompensas.Un beso
ResponderEliminarGracias Pepi. Tienes razón en lo de luchador y no sé si en lo de las recompensas jeje, de todos modos la mejor es ser y tener en este momento lo que tengo, y no me refiero a lo material.
EliminarUn abrazo
"la lluvia a cuestas" Qué bonito, Juan. Un brazo.
ResponderEliminarHe estado un tiempo a cubierto, y ahora hay que volver a mojarse. No pasa nada, ya lo he vivido antes.
EliminarUn abrazo Marcos
Aunque la imagen del arbol ardiendo es triste, es una imagen que cada verano llena los telediarios.
ResponderEliminarPero tu poema lleva consigo la esperanza de que el árbol se regenera y con el tiempo vuelve a florecer. Abrazos
El árbol represente las 4 estaciones, o sea los avatares con que nos mece el año. La esperanza no se pierde nunca, eso nos tiene.
ResponderEliminarUn abrazo Juan