A
donde fue el haber vivido
-balbuceos
que finges
o
silencios con el cuello torcido-.
Dijo
basta a lo que te dijeron
apenas
tu voz única, llama
cenizas
al fuego que hubo,
dando
por bueno de ella
para
adentro. Calientes dejas
mis
manos de hablarte. Perdida
en
sombras queda la amistad
que
no hace amigos que se fueron
a
hacer suyas las confianzas.
Al
pie de los caminos
me
pregunto sobre el tiempo
delatado,
condenado por robarse
a
sí mismo. A un paso del olvido
pongo
por poner oído a los gemidos
interiores
que se oponen
a
incinerarse, hago bolas de papel
en
blanco de nombres y odios
y
las tiro lejos como si te diera.
Buenos
secretos huyen del privilegio
a
su ruina. Acumulan cuerpos
que
se deshacen de pie, sin importarse.
Rompiendo
miradas, vaciando
el
aire de los síntomas, envenenando
su
frío.
Y
al fin acaba por morder sus rostros.
Y
yo te dejo.
A Juan Ángel
Ojalá se mueran todos los verdugos.
ResponderEliminarSaludos!
...la transparencia del cariño , Juan
ResponderEliminarnunca es fácil de enseñar y en cual-
quier caso dar.
tomo de mí , ahora un fuerte abrazo
y enhorabuena por tu bella composición
poética.
con afecto , tu amigo :
j.r.s.
Da gusto leerte,
ResponderEliminartus conceptos quedan definidos,
unsaludo
Una amistad que se rompe por falta de dialogo, por lo que dicen que dicen, tiene poca amistad. Para mí sólo le queda este poema.
ResponderEliminarUn abrazo Antonio.
Hay puñaladas que no las notas entrar en tu carne por inesperadas.
ResponderEliminarHoy, en general, la amistad tiene poco de desinteresado.
Me alegra verte Jose. Un abrazo
Hola Mª Teresa. Gracias.
ResponderEliminarMe gusta decir lo que pienso, algo no siempre entendido.
Saludos. Buen domingo, lluvioso se espera.