Me esperas siempre despierta
al otro lado,
dispuesta a atravesar la pared
si no te abro la ventana.
Me esperas sentada en las horas
rotas,
tras los días de selva que ya no
admiten milagros,
me esperas asomada a otra hoja
que no puede ser escrita,
alejada de todo lo dicho,
donde nada crece prisionero
salvo el deseo,
donde nada puede arreglarse
salvo la noche.
Al otro lado, siempre hay alguien que nos espera.
ResponderEliminarPreciosas letras amigo Juanito, llenas de ternura y sentimiento.
Abrazos alados!
El poeta y sus brazos abiertos, Diana.
ResponderEliminarUn abrazo