Lo peor de todo es el silencio, ese que calla para que te calles, para no aclamar. Yo, en mi ciudad, sólo me quedo con las personas que me paran por la calle y me animan a seguir, algunas conocidas de vista, con esa frase común: ¡Juan, o Juanito, te leo! A mí me encanta esa cercanía, y cada vez me importa menos la otra lejanía. Lo que deba caer por su propio peso caerá, imagino.
Bueno si algo de lo que leemos gustan es bueno que no lo digan, se agradece mucho.
ResponderEliminarAhora si no gusta y aclaman eso ya no es
tan bueno
Un beso
Lo peor de todo es el silencio, ese que calla para que te calles, para no aclamar.
ResponderEliminarYo, en mi ciudad, sólo me quedo con las personas que me paran por la calle y me animan a seguir, algunas conocidas de vista, con esa frase común: ¡Juan, o Juanito, te leo!
A mí me encanta esa cercanía, y cada vez me importa menos la otra lejanía. Lo que deba caer por su propio peso caerá, imagino.
Un abrazo Marian