Los días sin poesía son varios
días a la semana dedicados
a lo contrario, es decir, a no
escribir
nada. Lo mismo, un día u otro, va
de delicatesen o de no poder tragarlo.
Ahora es luz ahora sombra. Hoy
me siento fuego, mañana quién corre
a apagarlo. Lo hermoso no es ilegible
pero lo sueño si me ve extraño.
Los días sin poesía busco
la realidad ajena que la provoca.
Cuando escribimos solamente tendemos a asomarnos a otra realidad, en cambio la vida permanece inerte llena de sensaciones y eventos que nos hace finalmente volver a escribir.
ResponderEliminarYo creo que la poesía entra siempre sin llamar... pero cuantas más viviencias se tienen, más fácilmente aflora.
ResponderEliminarUn abrazo gigante.
Yo, habitualmente, me muevo en un mundo laboral sin poesía, y en el que ni tan siquiera está entre sus temas de conversación. Así que , y solo cuando me permite un respiro, se olvida de mí un rato, cojo mi cristal -como improvisado muro- para volver a mirarlo todo a mi manera, sin interferencias, con otros -mis- ojos.
ResponderEliminarBuen fin de semana Jose Fco.
Es caprichosa y viene si le parece, tienes razón, también que -a mí me pasa- se escribe más entre los avatares del día a día que tirado en un sillón a verlas venir.
ResponderEliminarUn abrazo Laura