juanitorisuelorente -

lunes, 17 de octubre de 2011

ARREBATO


Abandonada a la embriaguez
su serenidad parecía disipar las inquietudes
sin embargo aquello no significaba nada.

Detrás de cada actitud hay un fondo palpable,
una verdad que no esconde su sentido.

Y no sufría de sus hábitos,
sólo por la sensación de tenerlos.

La ternura y la violencia
violentaban sus manos apretadas.

Sentía una compleja inquietud
llamando amor a un sentimiento obsesivo
como un deseo de venganza
donde adquiría conciencia el dolor
y jamás la culpa.

Y dispuesto a repetirlo
el ruido del agua
como un río interior
clamaba el instante
de que todo hubiera podido arreglarse.

El último resplandor del atardecer
iluminó en la habitación ese desastre
que se lleva vidas y deja destrozos,
alguna lágrima de rabia
en el rostro desolado.

 (2004)


2 comentarios:

  1. ¿Un rostro desolado como alma reflejada de una conciencia que no siente culpa? Es un sinsentido.

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  2. Carmen, un arrebato motivado por la embriaguez por supuesto que es un sinsentido. Tras un maltrato la desolación y la culpa dificilmente se pondrán de acuerdo.

    Un abrazo

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