Raspando paredes asoma otra vida.
Los adobes no son pájaros, no traicionan
su amorosa herencia.
Hallo recuerdos tras máscaras del día a día,
manos de aire iniciando aquel ritmo de repente,
sudores hoy mar adentro.
Viejas ilusiones legadas de cemento.
preciosa entrada y impactante foto de cabecera me suena y mucho un abrazo querido amigo
ResponderEliminarLos muros que transpiran historias silenciosas. Memoria callada y recurrente.
ResponderEliminarSaludos.
Hola Juan; como "algunas veces", me he vuelto a perder en tu texto, pero te hago caso y no me como el coco.
ResponderEliminarPor cierto, dos cositas. La que me gusta: que está genial la foto esa con el castillo al fondo.
La otra: parece que han vuelto a poner en cartelera la misma película de siempre...
Biquiños.
Tu Baños querido, Goge, y la de hoy es la aldea de Zocueca, muy cercana a Bailén y que quizá conozcas.
ResponderEliminarUn abrazo
Las casas viejas tienen historias vivas de las personas que las construyeron y en ella claudicaron. Descubrir a veces sus viejos secretos al reformarlas, las hiladas de ladrillos, viejas alacenas, por ejemplo, avivan los recuerdos.
ResponderEliminarSaludos Halcón peregrino
Carmen, creo que lees muy rápido, a lo mejor como yo que a veces leo ayer.
ResponderEliminarLa foto es de Baños de la Encina, tomada desde la terraza de una obra que reformé no hace mucho.
Y de lo de la peli, pues yo ya la he visto y es un tostón, así que cambié de canal. Lo que jode de esto es que haya quienes le doren la píldora, por interés o por lo que sea. El miedo, que hace alcaldes, ya ves.
Un beso