En el amor sólo he llegado
a contar hasta uno,
y ni sumado el tuyo
-de ninguna manera-
suman dos.
Llegó como vino, estuvo
como hay que estar
y sigue sin pensar marcharse.
Que es
una entre algunas gotas en el
océano,
bueno,
uno entre algunos granos de arena en un
desierto,
correcto,
una aguja que hallo en un pajar
cuando quiero,
desde luego.
Amor que prendió fuego
un arrebato
veinte y muchos años después
tiene aún lugares donde
quemarse,
amando de nuevo,
y lo mismo.
Uno y uno suman uno, que repito
aunque me suspendan en
matemáticas.
Qué suerte los que, aun siendo dos, sólo suman uno.
ResponderEliminarFelicidades.
Elena, en la vida no tener problemas con el amor -al menos notables- nos relaja para afrontar el resto de las cosas. Conforta mucho.
ResponderEliminarUn abrazo