Alguien en chándal corre mientras que
otros le miran. Musculitos creó músculos
en el gimnasio y en camiseta sin mangas
logra miradas de asombro. Está el que
presume de todo lo que no tiene como si
no fuera así. El que ahí está todo lo que tiene.
La chica que, ligera de ropa, muestra su cuerpo
a los reclutas. Está el abuelo que pasea
sus últimos días. Los niños que gritan porque
son niños. Las mocitas casaderas con los ojos
como rastros. Pasa el hijo de puta del cochazo
y el pobrecito del utilitario que aún no le ha
cambiado los amortiguadores. La viuda, feliz
o no, que no se quitará nunca el luto. La que
no se sabe si es viuda. Un operario municipal
con un mono sin una mancha. El sucio.
Una puta en una esquina –temprano- me mira
por si acaso. Estaba yo ya que lo digo.
Y así pasan los días, con su rutina y sus gentes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Buena fotografía la escrita, y estupenda la de la cabecera (preciosa).
ResponderEliminarLlamo fotografía a tu escrito porque parece eso: una foto que ha captado un instante en esa calle en el 78.
Biquiños!
Carmen.
P.D.: Juan, me pone nerviosa eso de que cada vez que pincho para comentar me salta una página de pubicidad; a veces me pierde. ¿Hay alguna manera de evitarlo?
Hola Elena.
ResponderEliminarGentes -algunas- algo pasadas de moda. De mis tiempos de la mili, de recluta en San Vicente del Raspeig, después -ya de sabelotodo- en Cartagena. ¡Uf, como pasa el tiempo!
Un abrazo
Hola Carmen.
ResponderEliminarEa, parece que va a entrar el agua en el blog, pero hay una presa que la frena, la de Baños de la Encina.
La otra foto es agua pasada, manantial que brota del recuerdo.
Un besito andaluz.
PD.- A mí me pasa igual, a veces al quitarlo se va también la página y he de volver a repetir lo escrito. Yo tampoco sé como quitarlo.