Hoy me echo en cara el volver a beneficiar a alguien
ajeno en detrimento propio y asalta mi cabeza el puente sobre el río Kwai, obra
maestra de David Lean.
Algún espíritu inconformista, en rebeldía, hayo en
mí como, supongo, el del coronel Nicholson,
personaje del gran Sir Alec Guinness, que no intento siquiera –ante los retos
laborales, nada convencionales- preguntarme nunca el para qué.
Porque hay, ¡ay, cuantos puentes sobre el río Kwai
sólo por la satisfacción personal de lo original y bien hecho!, ¡cuantos voló
el tiempo con el único beneficio de la propia supervivencia!
Mientras que,
tantos, cruzaron sin puente, sin río, al otro lado por la innecesidad de ser,
la necesidad normal u ostentosa de tener, de poseer.
Hoy en la balanza pesa más Saito, el comandante
japonés, el enemigo, o sea la edad, que no está para demasiados puentes.
Aunque el ánimo continúe rico en resultados de pobre
recompensa. Quizá porque se agota de tanta sangre que fluye a lo ajeno.
Recorrer la memoria es un pasear gozoso por los
puentes y las manos tendidas y agradecidas. Regalo que celebra la mayoría,
aunque siempre sea –y jode- de boca para adentro.
“Pocos nos entienden, coronel Nicholson”.
A pocos les divierte el esfuerzo gratuito ligado a la inventiva, pocos defienden una idea a capa
y espada, mantienen su luz encendida hasta que luce por sí misma, pocos imponen
a veces su personalidad –cabezonería- en el absurdo. Y como algo natural, sin
orgullo, ni delirios de grandeza.
Puentes de los que huye la rutina a no construirlos
repetidos,
puentes que disfruta, sí, el amigo, el enemigo –algún Saito/a de turno-
, pero siempre y sólo desde el mismo instante en que ya no me hacen ninguna
falta.
HOLA JUAN
ResponderEliminarSIEMPRE HAY QUE DEFENDER LAS IDEAS PROPIAS CON CONVICCIÓN, SEGUROS DE NOSOTROS MISMOS.
UN BESO GRANDE.
CARIÑOS MILES PARA TI.
Juan, he llegado hasta tu orilla por medio del blog de Diana y ha sido hermoso poderme topar contigo, que bonitos poemas y textos los que nos regalas, un placer a los sentidos.
ResponderEliminarTe sigo ya mismo, besos gitanos
Desde luego Luján, soy de esa opinión. Cuando estoy en algo no pienso en el tiempo sino en el resultado. Satisface, aunque también satisfaría si alguno diese propina. No es el caso.
ResponderEliminarUn abrazo querida amiga
Hola Princesa Gitana. Un placer tu visita, que te guste lo que hago, y más que te quedes.
ResponderEliminarPasaré a visitarte, y ya hablaremos.
Un abrazo