No hay batalla
ni ahora que me rebelo.
Contigo lucharía
a vida. A vencer
o perder vivos de una vez
lo que somos.
Tanta lucha sola, tanta
siembra de oído,
tanta viva muerte
nos cause alivio
y no espanto.
Envidia, orgullo
para ninguno.
Y lucir
en los pechos corazones.
Hermosas tus letras Juan, hermosas.
ResponderEliminarY lucir en los pechos corazones, pero bien templados y llenos de comprensión y valor.
Un abrazo.
Ambar.
Luchar a vida, eso es.
ResponderEliminarY quererse porque sí, como se quieren los hermanos.
Un abrazo Juan.
Hola, Juan! Aquí estoy de nuevo disfrutando de tus palabras.Un abrazo
ResponderEliminarEn ésta vida se pueden tener amigos -un bien cada vez más escaso- pero lo que sí tenemos de verdad y a veces no cuidamos lo suficiente, muchos nada, es la familia.
ResponderEliminarUn abrazo Avelina
Ya he dicho por aquí alguna vez, Elena,que estoy viviendo el odio entre hermanos no en mi sangre sino en mi carne. Una lucha sinsentido. En éste poema yo he puesto las palabras pero la voz es de mi mujer, que sé que siente cada frase escrita, que jamás le devolverá el odio, haga lo que haga el señorito. En fin, todos tenemos habas, que decía un primo mío.
ResponderEliminarUn abrazo Elena
Seguro que has hecho un viajecito al Levante para ver a los niños. No te conozco mudo y menos por el facebook. Ya hablaremos amigo Juan
ResponderEliminarUn abrazo