Lo que yo hago
no lo hace nadie,
será por eso que sólo
yo
tengo la culpa de lo
que me pasa.
De casta le viene al
galgo
-capricornio, y
cabezón-,
de ser como quiero
me viene la necesidad
de hacer lo que quiero,
de soler equivocarme
achaco el intentar
acertar.
Un amago de osadía
vale más
que un puesto fijo de
funcionario,
dar un paso a lo oscuro
más que mil paseos por lo conocido,
mil miradas a lo hecho.
Lo digo yo que no veo a
tres pasos.
¡Excelente entrada! Me encanta, amigo.Un abrazo
ResponderEliminarSer fiel y leal a uno mismo, ser coherente con tus ideas, no mentirte... qué difícil a veces.
ResponderEliminarUn abrazo Juan.
Bueniiisimo Juanito,se fiél a tí mismo peroooooooooo con lo que tenemos encima...yo daría la vida por un puesto de funcionario jajajjajajajajjajaj.Milllllllllll besitosssssss, piensatelo muuucho antes de arriesgar....
ResponderEliminarMe definen, amigo Juan, esos detalles para muchos absurdos. Le di más importancia a otras cosas, qué le vamos a hacer.
ResponderEliminarUn abrazo
Fiel siempre, y cuesta, como tú dices. Hay que defender demasiadas veces la plaza, que nunca ha llegado a ser el álamo.
ResponderEliminarUn abrazo amiga Elena
Midala, es lo de todos, pero a mí trabajar en el ejército, la política y las administracciones públicas me repele. Mi libertada nunca la quise atada a un sueldo fijo. Maneras, modos, de vivir, no explicables, lo entiendo, porque alguna vez también me lo he reprochado, para nada, claro.
ResponderEliminarUn abrazo Midala