juanitorisuelorente -

domingo, 25 de septiembre de 2011

SITUACIÓN PREVIA

Gustó el optimista. Y crió adeptos. Quizá porque animó a embarcarse, a dar ese pasito adelante que ya no pisaba en firme y estaba más cerca del sueño que de la realidad.
Un jefe optimista, un director de banco, un alcalde, un jefe de gobierno optimistas dieron pie, transmitieron felicidad, paz, esa tranquilidad que convenció a la leve o enorme locura o cuanto menos al "y por qué no" en tantas cosas innecesarias o absolutamente innecesarias.
En cambio el pesimista ha sido, es, sigue siendo, mal visto. Son gentes que no se fían, que no dan pasos sin ver, gentes que miran demasiado su cartera y cuentan hasta tres acaso para gastar uno.  

4 comentarios:

  1. Juanito:
    El mundo esta lleno de ambos y es por eso que existe un equilibrio aunque a ratos pareciera que no.

    un gusto pasar a saludarte Mario

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  2. Cuánta verdad! Y lo curioso es que no ha cambiado nada, que las cosas siguen estando igual a pesar de todo.

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  3. El problema, Mario, es que el optimismo arde como el pasto y aquí ha calcinado a optimistas y a pesimistas no convencidos. Menos a los cabezones cabezones a todos.

    Un abrazo

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  4. No aprenderemos nunca, Carmen. Volveremos a tropezar en la misma piedra en cuanto nos la pongan delante.

    Un abrazo

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