Como quién aguarda un milagro
custodias tu tesoro extinto
ajena al desaliento
de una edad ya irrecuperable.
Envuelta en el vacío del fracaso
enciendes la hoguera
que recrea tantos paraísos perdidos,
tantas leyendas y sus príncipes.
La soledad es mala amante,
sombría, dices, aburrida
como una película sin argumento.
Tiene un sabor amargo, rasposo,
el camino que serpentea en la memoria,
y te has acostumbrado a pensar
en la fisonomía borrosa del elegido
hasta rescatar del polvo
su aspecto moldeable.
Y cuando le necesitas
imaginas, siempre con un ojo avizor,
la sabiduría de los dedos
de aquel hombre frágil,
subjetivo,
habitual fantasma de tu decadencia.
...SIEMPRE HAY QUE LUCHAR CON LO QUE HAY JUAN.
ResponderEliminarUN FUERTE ABRAZO :
J.R.
Sí, Jose, pero esperar pá ná.
ResponderEliminarHoy los príncipes ya no vienen a caballo, ni las que los esperan son princesas.
Un abrazo Jose. Buen fin de miércoles
Por muy penoso que sea, siempre hay que luchar Juan.
ResponderEliminarUn abrazo !!
Bueno, la edad sólo es eso, aceptarla, ya está.
ResponderEliminarUn abrazo Luis