En hacer tú todos los días lo mismo,
en hacer yo todos los días lo mismo,
-aunque ni tú ni yo hagamos cada día
lo mismo-
hay una dura consecuencia.
Tus manos en mis manos logran ser
tus manos, tu cuerpo caído un cuerpo
no derrotado;
tú mismo, y hundido.
Mientras, casi olvidados, me miran
tus ojos desde ayeres mudos -momentos
extraños que saben olvidar su pérdida-,
mientras sólo tu boca vuelve a ser aquella,
ésta misma cosa. ¿No es ya nunca sólo
daño y una solitaria pregunta?.
El tiempo deshace horrores, destruye
fortalezas con nada, logra que se salten
abismos de nunca jamás.
El tiempo y las miradas del alma.
Siempre es el tiempo el que lo cura todo.
ResponderEliminarFelicitaciones por el poema Juan.
Un abrazo.
El tiempo todo lo borra es verdad, hasta los horrores.
ResponderEliminarMe ha gustado esta poesía tuya tan verdadera y delicada que juega a suavizar las guerras.
Un abrazo
El rencor es unas tijeras clavadas por la espalda.
ResponderEliminarSaludos y buena tarde de jueves.
Marcho de vacaciones y cierro el blog por unos días pero antes te he dejado un regalito.
ResponderEliminar¡Que pases buen final de verano!
Si un toro cede a lo mejor ayuda al otro toro a pensar, Elena.
ResponderEliminarGracias. Un abrazo
El tiempo casi siempre ayuda a olvidar, pero solo en ocasiones a perdonar.
ResponderEliminarMuy sentido poema, me gustó!.. me quedo a seguirte.
Un cálido abrazo,
Diana
Este poema tiene historia, Marian, y no de la buena. Como en toda familia hay torres que caen y alguno -siempre el mismo- que ayuda a recoger los cascotes.
ResponderEliminarUn abrazo
No soy dado al rencor, Antonio, sino a pacificar, y las tijeras me las suelen clavar, si, pero tengo buenas espaldas, duras.
ResponderEliminarUn abrazo
Yo siempre digo que las mejores vacaciones para septiembre, pero es un mes imposible para mí -todavía-.
ResponderEliminarQue las disfrutes Javier.
Y gracias por el regalo. Complace.
Perdonar siempre Diana, aunque sea inmerecido.
ResponderEliminarA años luz de ser beato tengo fe en la justicia divina, y no es un contrasentido.
Gracias por seguirme. Ya hablaremos.
Escribir este poema con el sentimiento que lo haces, te honra amigo Juan; y siempre tiene que ser alguien el que recoja esos cascotes que mencionas en tu comentario a Marian.
ResponderEliminarA veces la vida nos depara momentos difíciles y que no nos merecemos, pero como se dice en mi tierra y perdón por la expresión, "Cada cerdo tiene su san benito" y por encima de todo, debes tener tu conciencia tranquila que es lo que importa.-
Un fuerte abrazo amigo.-
Antonio
En ello estamos Antonio, de san benito en san benito y tiro porque me toca.
ResponderEliminarPero no importa, de corazón. Tan solo me importa por los que -más debidos- no les importa.
Un abrazo querido amigo
PD. Aún no he mirado lo de A-rimando. Luego me cuentas.