A pesar del golpe, del deseo vacío,
no se vino abajo el espíritu de la carne.
Sin sangre era frágil su mentira silenciosa,
su llama fría que vuelve a ser ceniza.
Pero aún le queda lo que nadie mira,
el imposible que no alcanza a decir basta.
Rara esperanza como misterioso sacrificio.
He aquí la Reina de los Imposibles que pasa a ver si es que se le ha perdido alguno. De esperanzas que no se pierden hay mil sacos llenos, mas la resignación los va escondiendo cada ves que uno nuevo Imposible asoma siquiera una oreja por la que atraparlo; nuevos sacrificios espera la siempre encendida hoguera...
ResponderEliminar...los imposibles JUAN ,
ResponderEliminarmuchas veces
son posibles....
un saludo querido amigo :
j.r.
Todos los imposibles están ahí para los valientes sacrificios.
ResponderEliminarQué le puedo contar a la Reina...
Un abrazo Carmen
Vencer por un casual un imposible da fuerzas ficticias para los que vengan.
ResponderEliminarUn abrazo amigo Jose