Amanecen el amor
y las palabras.
Me tambaleo levemente...
Se diluye la promesa
en el paisaje inquieto.
...nace inestable a la mirada...
Me mece ahora un vaivén
distinto a tus brazos
y otros ojos me miran.
Estoy despierto...
Intento recordar entonces tu
nombre,
y lo pienso,
y no cambia,
porque solo existe en ti,
porque nadie puede ser tú,
porque sólo siendo tú logras ser
otra.
...¿quién eres?...
Tras la oscuridad
el paisaje pasa en la mañana que
crece deprisa.
Puedo ver a través de mi reflejo
los raíles en la curva
y cómo ganamos el pulso al río.
No distingo los árboles,
sólo el fondo de tierra en tu
cara.
Sufro de no tenerte.
Te alejas en la noche
fundida a mi memoria.
Ahora sonrío a quién no me
importa...
Y no deseo contestar preguntas,
ni hablar de mí,
ni sonreír a frases amables.
Apretado en el departamento
me siento perdido y solo.
...aún hierve en mí el vacío que
dejas...
como cada semana,
la bocina me recuerda tu
cercanía,
tus brazos inmóviles,
tu mirada perdida en la lejanía,
tus profusas palabras, tu prisa,
y vuelvo a cerrar los ojos
para intentar verte
imaginando tus brazos abiertos,
tu sonrisa.
Y vuelves algo difusa,
y vuelvo a mecerme sin moverme
en ti,
en tu mismo cuerpo, en tu misma
cara
pero en otra mujer, otro nombre,
tu nombre,
esa que me regala cada viaje
su silencio.
Tiemblo.
...deseo la llegada, amor,
también el regreso...
Los trenes se cruzan,
chirrían los frenos.
Hay murmullo en el anden.
Risas.
Me miras, sonríes,
no gritas mi nombre...
(para el concurso "El tren", 2004)
Es ella pero con otro nombre y otro cuerpo.
ResponderEliminarPrecioso Juan, me ha encantado.
Un abrazo.
Un amor presente y ausente, que se estampa en el tiempo, es aquel que perdurará por siempre, por más que intentemos escapar en aquel tren.
ResponderEliminarPrecioso y sentido poema, me sentí como un vagón en aquel viaje.
Abrazos alados poeta!
Primero me lié (el accidente de ayer aún me tiene atntada), pensé que se trataba de un coche. Al final iba viendo que estaba perdida y que se trataba de un tren.
ResponderEliminarLo demás,mucho sentimiento, un silencio que se quiere mantener, como un gran secreto... Sí, a veces la vida es así.
Biquiños.
Hola, Juan
ResponderEliminarHermoso poema: regresar con ella, pero sin ella; triste.
Un abrazo
Un poema muy bonito Juan. Rebosa de sentimiento y ternura, brillante.
ResponderEliminarUn abrazo !
...tierno y conmovedor poema al ritmo de
ResponderEliminarla vida en tanto viene o va contigo ...
UN ABRAZO
JUAN :
j.r.s.
Gracias Elena.
ResponderEliminarMe he tropezado con él hojeando poemas de los primero que empecé a escribir. Me ha parecido curioso, y recuperable.
Un abrazo
Este poema estaba condicionado a hablar del tren, tema del concurso, y a él subí esta breve historia de soledad y sueños.
ResponderEliminarUn abrazo ¿alado?, Diana
Hola Carmen.
ResponderEliminarLos secretos muchas veces roen el alma, y otras la ayudan a recuperarse.
PD.- Los accidentes nos trastornan a diario. Toquemos madera.
Besitos del sur
Rud:
ResponderEliminarTodos tenemos defectos pero solo solemos ver los del otro. Egoísmo creo que lo llaman.
Un abrazo
Gracias, celebro que te guste, amigo Luis.
ResponderEliminarUn abrazo, y ánimo si has de recuperar en septiembre
Es difícil esconder qué somos en lo que somos, Jose, da igual que escribamos, hablemos o callemos. En ello estamos. Únicos protagonistas de miles de historias de otros. Y que nos conforta creer que inventadas.
ResponderEliminarUn abrazo