De
todos nuestros recuerdos
apenas
salvo algunos momentos
sin
agresión,
apenas
conservo flashes no maldecidos,
alguna
puntual postal no recortada.
A
todos nuestros años
les crece la hierba,
se
le caen los tejados,
y en los muros solitarios
no
quedan restos de plomo o cobre,
ni
el marco de una ventana.
Nuestros
mejores años
están en el piso de abajo
cerrados
con llave
para
no volver a nombrarles.
Y
fueron buenos años,
gritan los recuerdos.
Pero
tres ya no es un número único.
Tres
lo escribe ahora sangre sin sangre.
Tres
que miran al frente
y uno en cada
dirección.
Cada uno mira hacia atrás con el color del cristal de su vida, no todos los años pasados fueron buenos aunque sabemos suavizarlos.
ResponderEliminarUn abrazo Juan.
Es duro ver como se rompen lazos de toda la vida, y en algún caso, irrecuperable.Pero la vida sigue y pide con más intensidad la mirada al frente. Un abrazo Elena
EliminarMejor quedarse con los buenos Juan, que si miramos bien los encontramos seguro. Un abrazo.
ResponderEliminarSiempre hay cosas buenas, aunque prevalezcan las malas por cercanía. El tiempo espero que las nivele, o en su defecto ponga a cada una en su sitio, que se suele decir. Un abrazo Mercedes
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