Subir
muy, muy alto no exige alas.
Puede
ser Dios cualquier aspirante
a
reinar el vacío, la nada...
extraer de ella tanta
prebenda,
tanto
trascendente,
tanto divinamente humano...
poseer
tanto tan oprimido...
…..tanto no perdurable...
Ser
parte del universo
adueña insignificancias...
pisa
hojas secas de tanto otoño...tanto
olor
a rebaño....no entiende
de
sufrimiento ni memoria...guarda bajo llave
todo
lenguaje social......disfruta en solitario
silencio.......
Barro
que moldea la tierra,
que luce como sombra,
destroza,
sepulta su propio sinsentido.
Muy buen final, Juan. Abrazos.
ResponderEliminarGracias Marcos por tus palabras, demasiados dioses de barro, sí, por desgracia para las personas que los sufren. Un abrazo
EliminarProfundo y sentido. Saludos
ResponderEliminarGracias Conxa por tu visita y tus palabras. Me alegra que te guste. Saludos
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