A una crisis
tan longeva y devastadora como esta le están creciendo los enanos.
A su ya garrote
vil, la asfixia económica que se nos exige, se suma el contrasentido
de tener que soportar que cuatro aprovechados hayan hecho uso propio
de nuestro bien propio.
El dinero es
goloso y a mansalva un manjar; sabe sobremanera el que llega por la
vía rápida y sin esfuerzo alguno aunque tenga un problema: es
adictivo, y como tal propenso a
que, por la reiteración, salten las
alarmas.
Siempre he
pensado que la palabra ladrón es demasiado genérica, que equilibra
en la balanza al que roba mil o millones, coloca el mismo baremo a
quienes -lo menos punible- roban por necesidad y a los que lo hacen
por el puro placer de robar, e incluso tampoco disocia a quienes no
solo se han lucrado por abuso de poder o del erario público sino que
han destrozado la imagen exterior de un país, y en él la ilusión y
la confianza depositada en ellos por millones y millones de
personas.
España es un
país institucionalmente enfermo, y su remedio aún -no es tarde-
está en la justicia, en cortar de raíz llámese cómo o qué, o sea
tratar con mano dura a todos y cada uno de los corruptos que salpican
todos sus estamentos, o sea quitar del cesto toda la fruta podrida
para que no acabe con el resto.
Y luego, otros
López, será volver a instaurar la fe en el sistema, lo más
complicado.
Si envían a los antidisturbios porque se están llevando cuatro carros de alimentos de un supermercado, ¿que deberían enviar a casa de estos ladrones? ¿El Ejército para que los fusilen a todos? Ya no me importaría que llegase un salvapatrias aunque dictador con tal que eliminase a todos los hideputas que roban de un partido y de otro. Nunca he sentido tanta vergüenza ajena y desilusión por la política. Si huviera de crear otro diccionario , Politica sería definida como: 1º La posibilidad de robar impunemente.2º Gozar de privilegios impensables para la mayoría.3ºEnriquecerse a costa de los ciudadanos. 4º Tener a disposición un ejército de antidisturbios para eliminar a los que se quejen de sus abusos y fechorías.Orwell se quedó corto al describir al Gran Hermano.Un abrazo
ResponderEliminarAquí me parece, amigo Juan, que muy pocos se salvan, unos se lo han llevado, otros se han callado o mirado para para otro lado, o sea lo de los tres monos. Cuesta trabajo creer ahora que haya políticos honestos, no dudo que los haya, los hay seguro, pero en este momento se nos nubla la vista. Y es muy jodida la situación como pata que volvamos a confiar en ellos. En fin esperemos a ver qué pasa, y si la justicia actúa como es su obligación, o sea ciega, aunque parezca un contrasentido. Un abrazo
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