juanitorisuelorente -

martes, 22 de mayo de 2012

AQUEL QUE NO SUPO





















Me empeño en desestabilizar
la mirada conciliadora
que aplaca las voces
e intenta arrastrarme
a otros momentos ya vividos,
culmen de otros que no existen.

Me empeño en reescribir
en otras líneas lo que parece

desvanecerse como asustado
por su propio pecado, tentado
si nada queda que descubrirnos.

Me empeño en tenerme miedo,
a ti, a todo. Miedo
como un animal dentro
que me devora poco a poco,
que gruñe como dueño
 y decide sin saber de antes.

Me empeño sólo en tenerte
si te tengo, y luego
advertir cada instante ingrato
que te aleja,
mirándome sin verme,
como un cuerpo olvidado
que no envejecerá nunca.

Me empeño en herirte
y sangra en mí
cada lágrima tuya, cada gesto
de rabia
que no sabe imponerse
si cuyo único criterio es el amor,
que desinteresado de cuanto ocurre,
aletea torpe, y confundido.

Me empeño, obcecado,
en besar labios de nadie,
acariciar cuerpos de nadie,
en escuchar palabras
de otros labios
y así amarte con la fogosidad
del futuro incierto,
de sueños que nunca soñaste.
  
Me empeño, quizá, en pensar
continuamente, con esa autoridad
que emana el silencio, que no son
premeditadas las ideas
que me trastornan, allí,
donde añaden dolor por la distancia,
de aquel que no supo tenerte, ni tenerme.


2 comentarios:

  1. Ojalá Juan, ojalá pudiéramos reescribir nuestra historia. Mucho me temo que nuestra vida no es un guión de cine ni el boceto de una novela que podemos borrar una y otra vez a nuestro antojo.

    Un abrazo.

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  2. En la vida hay etapas de todo tipo, algunas nefastas, en las soñamos afuera con vida que dentro tenemos sobrada. Masocas, imagino.

    Un abrazo Elena

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