Me
anticipo. Deduzco qué hay
en
tu mente cerrada.
Y sufro,
a
veces por un montón de piedras.
Nunca
nunca sabré ni nadie el origen
de
tu engaño. Donde perdiste el rastro
de
la sangre, fue otoño tu pensar.
Naciste
de fuego compartido, llena
de
puentes la ventaja.
El amor
andaba
por los sitios de siempre.
¿Qué
se comió sin excusas ese tiempo,
dejó
su gloria arrasada? Ya no hay
atajo
que no sea amargo,
y
aún así
paseo
por tu linde a la espera de no verte
castigo
en mi adiós. Soy el callado
peor
parado.
Pero
así me cabalgan los sentimientos.
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