Aún
quedan en la cuneta sombras
moribundas.
Sus quejidos son los recuerdos
de
ayer mismo. Vieja compañía,
mientras
clarea sin ningún ruido.
El
horizonte exige nuevos malabares
y
entre impulsos y dudas pasa el tiempo.
Suena
a existido el nuevo sol
y
no asusta, pero frenan los pasos
tanta
derrota. Sigue tan firme el silencio
como
débiles los gritos. Aquello
que debía suceder
ocurre.
Está amaneciendo.
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