Por
lo más penoso vives el fin. Y
tu
nuevo principio. Con el dolor
acaba
la vida, y empieza la vida.
Arde
en tu interior el caos, y también
tus
ojos abiertos. Suspiros de luto
del
cuerpo impotente, y el alma cortando
con
fe sus raíces. ¡Hoy no hay defensa,
reina
del castillo, princesa inocente!
Hoy
está tu suerte desconcertada.
Pero
ya, tan pronto, teje el hilo
invisible
tu olvido, aunque tú no lo notes.
Su
memoria crece en ti desvanecida.
Morir
ya es pasado. Pronto la vida.
Es bueno pasar por tu blog y ver tu calidad de escritura. Un abrazo, amigo Juan.
ResponderEliminarAgradezco tu visita y más tus palabras, ayudan a seguir, gracias querido amigo, un abrazo
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