juanitorisuelorente -

miércoles, 6 de marzo de 2013

PRESENCIA (Relato)

(Imagen de la red)

















Son las tres quince de la madrugada. Y otra vez la misma historia. Ya está cansada, pero qué puede hacer. Mil veces repetida. Agarra con fuerza el volante y vuelve a respirar hondo. El coche se ha parado. No sabe por qué. Y es lo de menos. Las luces iluminan unos metros hasta que la carretera se pierde en una curva muy cerrada. No pasa nadie. Debe volver a bajarse. Ya no hay marcha atrás. Aunque conoce todos sus pasos. Las palabras pronunciadas de rabia. Aquella ofuscación que la hizo bajarse del coche y clamar al cielo en mitad de la carretera sin pensar que aquel maldito camión destrozaría sus huesos. Vuelve a estar preparada. Y vuelven a cegarla las luces. Vuelve a encogerse de hombros y a cerrar los ojos. Aunque un segundo antes se fije en la matrícula. Pero ya es lo de menos.

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