juanitorisuelorente -

miércoles, 13 de marzo de 2013

LA LUZ DEL DÍA

(Imagen de la red)
















Estamos solos. La gente no tiene
rostro. Debemos pasar por un lugar
donde el mundo se estrecha. Y por
un momento respirar sin memoria.
Siendo prisioneros de este otro único instante.
Lo sé. Caminas hacia mí con la imagen
transparente de abrigarte en mis brazos,
como en los sueños no nacidos, las barreras
que saltan, así, sin esfuerzo los irrefrenables
deseos. Te acercas. De nuevo anochecemos.
Nuestro roce tiene el calor de las miradas.
Nuestra huida la certidumbre que vuelve
a arrastrar sus alas. A uno y otro
nos despierta el murmullo. La luz del día.
La vida vuelve a ser lo que tenemos.

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