Hoy
quisiera ir a ninguna parte,
tan
lejos como pueda caminar,
la
piel pintada de verde encinar,
desnudo
y libre, sin cuenta que darte.
Llevaría
solo el saber adulto,
tantos
años en que fingiste amarme,
no
mirar atrás para no quedarme,
la
sed de vivir el único bulto.
No
estoy preparado para entenderte,
nunca
asomado a tu fría ventana,
a
la lluvia, al sol mi cuerpo tan fuerte
lo
vistes de sombra cada mañana;
un
quiero y no puedo por complacerte,
que
reniego de ti: quietud temprana.
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